Federico Engels: el “General” revolucionario
Tiene sobrada razón Lenin al decir: “No es posible comprender el marxismo ni es posible exponerlo coherentemente, sin tener en cuenta todas las obras de Engels”.
Hernán A. Ortiz Rivas
Como pensador, Marx superaba a su entrañable camarada Engels en casi todos los campos de la ciencia de su tiempo; sin embargo, la distancia entre los dos no era tan grande como decían algunos autores, que subestimaban a Engels para exaltar a Marx. El mismo Engels, en una oportunidad, dijo que él se consideraba “el segundo violín”, con referencia a Marx. En efecto, el famoso “General”, como lo llamaban a Engels las hijas de Marx, por sus escritos militares, no solo fue experto en esos temas, sino en otros como las ciencias naturales, la física, química, biología, astronomía y matemáticas. Prueba de ello lo demostró con su Dialéctica de la naturaleza, obra que ha sido controvertida.
Además, el “General” sabía mucho de ciencias sociales, como la antropología, el derecho, la sociología, la política, como lo puso de presente en obras al estilo de El origen de la familia, la propiedad privada y el estado, El anti-Dühring, La subversión de la ciencia por el señor Eugenio Dûhring, La cuestión de la vivienda, y La guerra campesina en Alemania. No sobra recordar que Engels introdujo a Marx en los estudios de economía política, y que él fue el primero en escribir sobre la situación de la clase obrera en Inglaterra y muchísimas obras que no podemos citar por la naturaleza de nuestro artículo. La simple mención de estas obras bastaría por ubicar a Engels a la par de su amigo en la ciencia, las letras, los afectos.
La casa de los Engels
Engels era dos años menor que Marx. Había nacido en 1820 en la ciudad de Barmen, Prusia Renana. Su familia estaba ligada a la industria de hilados, dirigida por el padre, hombre religioso, autoritario, conservador; en cambio su madre provenía de gente letrada, sin tener muchos bienes materiales pero con intereses espirituales. En casa de los Engels había una fuerte atmósfera religiosa, rodeada de negocios mercantiles e industriales, a los cuales quería vincularlo el padre de Engels, más que a las letras y ciencias.
Al principio, el joven Federico estuvo dedicado a labores del mundo capitalista, pudiendo liberarse parcialmente para escribir poemas y artículos periodísticos, como sus célebres cartas de Wuppertal de 1839, que ya evidenciaban al formidable critico social y literario que fue toda la vida. En 1841 tuvo que partir a Berlín a cumplir con el servicio militar obligatorio. Allí aprendió el arte de la guerra como cañonero. En las horas libres del servicio militar estuvo como oyente en la Universidad de Berlín, interesándose por las clases de filosofía, de marcado acento hegeliano. En este ambiente conoció a los hermanos Bauer, Bruno y Edgar, a Stirner y otros intelectuales, y publicó un ensayo sobre Schelling, defendiendo la filosofía hegeliana.
A finales de 1842, Engels hizo su segundo viaje a Inglaterra, cuna del capitalismo. En esta ocasión pudo observar con más detenimiento el esplendor y contradicciones del modo de producción capitalista, que le permitieron escribir su primera obra clásica mencionada al comienzo, sobre la clase obrera, obra que sigue siendo de mucha importancia económica, política y sociológica, cuyo autor apenas tenía 25 años de edad. Por ese tiempo se inició la amistad de Engels y Marx, la más celebre diada intelectual del siglo XIX, de tanta significación en la historia de las ideas humanas, sobre las cuales se ha edificado no solo la ciencia actual, sino también el mundo nuevo.
Los dos grandes pensadores alemanes escribieron varias obras en conjunto: La sagrada familia, La ideología alemana, Crítica de la novísima filosofía alemana en las personas de sus representantes Feuerbach, Bauer y Stirner y del socialismo alemán en sus diferentes protestas, El manifiesto del partido comunista, el libro más conocido de todos; con mucha mayor importancia en los siglos XX y XXI que en el siglo XIX, cuando fue publicado en 1848. Recordemos que Engels fue el editor, casi que redactor de los tomos II y III del Capital de Marx, monumental obra que dio término Kautsky, con el tomo IV por indicación de Engels.
Rasgos de su vida
Para concluir esta fugaz semblanza de Engels, digamos unas pocas palabras sobre algunos rasgos de su vida. Era muy generoso en su tiempo, dinero y consejos con la familia de Marx, a la cual protegió por muchos años, mediante apoyos económicos, que sin ellos hubiera sucumbido, lo mismo que auxilió a varios emigrados que llegaban a su domicilio. Estuvo unido a una obrera irlandesa, llamada Mary Burns, muerta en 1863. Luego mantuvo relaciones con la hermana de ella, Lizzy, fallecida en 1878; por lo cual, los últimos diecisiete años de vida estuvo privado de amores permanentes, acompañado por la vieja doméstica de los Marx, la conocida Helen Demuth, con quien Karl tuvo un hijo que atribuían a Engels sin ser verdad.
Su afición a los idiomas hizo que Engels llegara a dominar a la perfección veinte lenguas. Fue un magnate de la industria textil, cazador de zorros, miembro de la bolsa, buen bebedor, amante de las cosas finas de la vida, gran conocedor de la música clásica y popular, de la pintura de todos los tiempos. Tiene sobrada razón Lenin al decir: “No es posible comprender el marxismo ni es posible exponerlo coherentemente, sin tener en cuenta todas las obras de Engels”.
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