Primer editorial del 2011 publicado por varios periódicos de la RPDC
Con motivo del Año Nuevo, los periódicos Rodong Sinmun, Joson Inmingun y Chongnyon Jonwi publicaron el día primero el editorial conjunto titulado «Registremos este año un avance decisivo en el mejoramiento de la vida del pueblo y la construcción de una gran potencia próspera dando un impulso más a la industria ligera».
El texto completo del editorial sigue abajo:
Hoy acogemos el 2011, año de la esperanza y del nuevo florecimiento, habiendo coronado con la victoria la primera década efervescente del siglo XXI.
El decenio que acabamos de despedir fue el del proceso de continuación de los pensamientos y la causa del gran Líder camarada Kim Il Sung que hemos defendido firmemente, y el de la creación y los prodigios caracterizado por la preparación de un potente trampolín para el salto a la gran potencia próspera. En la tumultuosa vorágine de la nueva centuria nuestra Patria se ha mantenido siempre en el foco del mundo, en la primera línea de la lucha antiimperialista por la independencia.
Nuestro ejército y pueblo, creadores de una epopeya heroica de continuas victorias bajo la vigorosa orientación del gran camarada Kim Jong Il, están llenos de esperanza en un porvenir aún más luminoso y de fe en el seguro triunfo.
El pasado 2010 fue un año de magnas transformaciones en que se sucedieron los acontecimientos prodigiosos que nos hacen vislumbrar un porvenir del fortalecimiento y prosperidad.
La estrategia de nuestro Partido por la construcción de una gran potencia próspera es la más científica y realista. El año pasado nuestra marcha en gran ascenso se impulsó tal como ha programado y deseado el querido General y trajo frutos magníficos previstos por él. Corea cumple lo que decide. Esta inconmovible verdad fue comprobada por la práctica.
En el año que acabamos de despedir se han manifestado elocuentemente la luminosa perspectiva y la invencibilidad de nuestro Partido y nuestra revolución a través de los acontecimientos políticos jubilosos que serán registrados con letras mayúsculas en la historia de la nación.
La Conferencia del Partido del Trabajo de Corea, celebrada en medio de un elevado entusiasmo político de nuestro pueblo y de un gran interés del mundo, constituyó una oportunidad importante para fortalecer y desarrollar al nuestro como el eterno partido del camarada Kim Il Sung y elevar en todos los aspectos su autoridad orientadora. Para nuestro ejército y pueblo es motivo de una gran gloria el haberse preparado la garantía fundamental que permite continuar y completar la causa del Partido, la obra revolucionaria del Juche.
Los actos conmemorativos por el aniversario 65 de la fundación del Partido, efectuados en el máximo nivel y con modalidad peculiar, han demostrado claramente al mundo el poderío de la unidad monolítica que ha alcanzado un nivel nuevo, superior, y la capacidad militar invencible. Aunque fue muy compleja la situación, la opinión pública estaba tranquila en alto grado y la voluntad de nuestro ejército y pueblo de seguir con pasos firmes el largo camino de la revolución en pos del Partido se ha centuplicado. No hay en el orbe otro partido y pueblo tan grandes como los nuestros que tienen, además de una historia de la invencibilidad, un futuro infinitamente prometedor.
Gracias a la vigorosa marcha en gran ascenso del año pasado, se ha abierto una segura senda para mejorar de manera vertiginosa y dentro de poco tiempo la vida del pueblo.
El llamamiento combativo del Partido a dedicar lo todo a la mejora del bienestar del pueblo conmovió a la totalidad del país y arrancó estruendosos cañonazos de triunfo en todos los lugares de batalla para el gran ascenso. Bajo la sabia dirección del Partido se ha impulsado con energía la modernización en las industrias ligera, química y metalúrgica y otras ramas industriales ligadas con la vida del pueblo y abierto una perspectiva radiante para poder producir en grandes cantidades el hierro, la fibra y el fertilizante elaborados por métodos autóctonos.
Se han construido cientos de nuevas obras importantes como el pólder Taegyedo y la Central Hidroeléctrica No.2 Juventud Ryesonggang, y han aparecido por doquier panoramas maravillosos del tiempo de Songun. Es un éxito inapreciable, cosechado en el proceso de la marcha en gran ascenso, el haberse asentado el cimiento para hacer florecer plenamente nuestro ideal tan anhelado que es una gran potencia próspera.
En el año transcurrido se ha mostrado en todas partes el temple de la Corea de Songun que marcha de cara al mundo.
En medio de una batalla al rojo vivo para dar alcance al más avanzado nivel se han obtenido éxitos fenomenales que asombran al mundo en los dominios de las ciencias y tecnologías de punta como la informática y nuclear. La Universidad Kim Il Sung, el Instituto Superior de Industria Química de Hamhung y otros centros de formación de profesionales se han metamorfoseado magníficamente conforme a los requerimientos de la época de la economía del conocimiento.
Es un gran orgullo de nuestra Patria, potencia cultural socialista, el que las actividades culturales y artísticas de las masas han escalado a una nueva altura, y creado sucesivamente obras ideo-artísticamente perfectas, como el drama ligero Eco de la montaña. El futuro de nuestra Patria es infinitamente luminoso, porque la idea y el sentimiento de todo el pueblo tendentes a lograr que el mundo mire con admiración a nuestro gran Partido y a la Corea de Kim Il Sung hacen erupción como un volcán activo.
Hemos despedido un año histórico en que se ha perfilado en el máximo nivel la extraordinaria capacidad de dirección del querido camarada Kim Jong Il para hacer florecer en la realidad su grandioso proyecto de lograr la potenciación y prosperidad del país.
El año pasado nuestra lucha por la construcción de una gran potencia próspera se ha llevado a cabo en medio de una situación de extrema tirantez y de draconianas sanciones del enemigo. La idea de nuestro Partido es la de ataque, y lo es también su modo de hacer la revolución. Ha sido inconmovible la voluntad del gran General de mantener la dignidad de la nación frente a cualquier tormenta, y su arte de dirección con que orientó a todo el ejército y pueblo a la audaz ofensiva ha sido verdaderamente extraordinario y hábil.
La crónica de la dirección del magno ascenso dada por el gran camarada Kim Jong Il en 2010, se ha caracterizado por sus marchas forzadas que superaban la imaginación, realizadas a fin de dar instrucciones sobre el terreno. Durante todo el año, desde sus primeros días, él visitó el área de construcción de la Central Hidroeléctrica de Huichon y otros lugares de batalla de gran ascenso en todo el país, puso en acción a las organizaciones del Partido y los funcionarios, e hizo que la fuerza espiritual de los militares y civiles se explotara al máximo.
Decenas de millones de hombres, unidos monolíticamente, siguieron al gran General que continuaba día y noche su recorrido de orientación, hagan fríos cortantes o calores abrasantes, caigan lluvias torrenciales y nevascas furiosas, en el curso de lo cual se han alzado vigorosas llamaradas de grandes innovaciones y saltos. Las dos visitas del querido General a China que atrajeron la atención del mundo tuvieron una gran importancia histórica, pues elevaron a un peldaño nuevo las tradicionales relaciones de amistad coreano-chinas y se creó una coyuntura favorable para nuestra revolución.
La obra de construcción de una gran potencia próspera que impulsamos continuará imperturbable su avance según el cronograma histórico señalado por el querido General. Esta es una convicción que nuestro Ejército y pueblo reafirmaron en lo hondo de su corazón en la digna jornada de batallas del año pasado. Cada una de las décadas del siglo XXI también se marcará con la gran victoria de la política de Kim Jong Il, estadista experto y avezado.
El año nuevo 2011 es el de ofensiva general destinado a lograr otro avance trascendental en la construcción de una gran potencia próspera avivando más las vigorosas llamaradas de gran auge en los esfuerzos por mejorar la calidad de la vida del pueblo.
El gran Dirigente, camarada Kim Jong Il señaló:
«Con la fe en la victoria debemos realizar continuas innovaciones y lograr continuos avances para llegar cuanto antes al luminoso futuro: la gran potencia próspera.»
La lucha de nuestro pueblo encaminada a poner la placa de la referida potencia en la puerta de la digna Corea de Kim Il Sung se encuentra en una fase importantísima.
Celebraremos en el año próximo el centésimo aniversario del natalicio del gran camarada Kim Il Sung, nuestro Líder paternal, fundador de la Corea socialista e iniciador de la obra de construcción de una gran potencia próspera del Juche. Su legado es para nosotros como el irrenunciable programa del Partido. Debemos pasar a la dinámica ofensiva, al combate de ataque en todos los campos para llevar a efecto el proyecto del gran Líder de construir una patria rica y poderosa, y convertir así esa fecha en la máxima fiesta de la nación de Kim Il Sung y un acontecimiento trascendental en la historia de la humanidad.
El nuestro es un pueblo heroico que cumple sin condición lo decidido y un pueblo indoblegable que no permite ningún estancamiento momentáneo para hacer realidad su noble ideal. El mundo observa con atención qué hazañas admirables realizan nuestro Ejército y pueblo que, impulsados por una gran ambición, marchan de modo huracanado hacia una gran potencia invencible.
La ofensiva general que emprendemos ahora es la continuación y más bien una fase superior de la gran campaña para mejorar las condiciones de vida del pueblo.
Hemos dado pasos gigantescos en el cumplimiento de la grandiosa estrategia del Partido para el mejoramiento de la vida de la población. Tenemos una tarea apremiante de llevar el nivel de vida de la población a la altura que requiere la gran potencia próspera, consolidando y agrandando los logros que hemos alcanzado. Impulsar la lucha por mejorar la vida del pueblo hasta lograr el triunfo definitivo considerándola como la tarea más importante, como la meta suprema, ésta es la firme voluntad de nuestro Partido. Debemos lograr que las continuas innovaciones y avances y la ofensiva general que nos llaman enérgicamente a un futuro espléndido, en que el pueblo gozará de la felicidad en todos los sentidos, tengan ecos más fuertes en todas partes del país.
Debemos acelerar el ritmo de la marcha en gran auge enarbolando la consigna combativa «¡Registremos este año un avance decisivo en el mejoramiento de la vida del pueblo y la construcción de una gran potencia próspera, dando un impulso más a la industria ligera!».
La industria ligera es el frente principal de la ofensiva general de este año.
Tenemos poderosas industrias claves y un contingente de competentes científicos y técnicos que secundan la revolución en la industria ligera, así como una valiosa experiencia de haber propiciado un despegue en esa rama a pesar de muchísimas dificultades que tuvimos que enfrentar. Dar un impulso más fuerte a su desarrollo es una exigencia madura y una tarea imperiosa para la construcción de una potencia económica.
La actitud hacia la industria ligera es un indicador importante relacionado directamente con el modo de tratar al pueblo, la postura de apoyar al Partido y el punto de vista en cuanto a la revolución. Este año, año de la industria ligera, debemos promover con dinamismo en todas partes una gran campaña para priorizar esa rama y concentrar los esfuerzos en ella.
Las modernas fábricas de industria ligera y los centros productores de artículos de consumo, modelos del nuevo siglo, que costaron muchos esfuerzos a nuestro Partido, son bienes valiosos que contribuirían a mejorar el nivel de vida de la población. A la industria ligera le corresponde conceder la prioridad a asegurar la normalización productiva en alto nivel en las fábricas y empresas, impregnadas de la noble benevolencia del Partido. También le compete concentrar las fuerzas en la producción de artículos de primera necesidad y otros de consumo popular, mientras amplía e incrementa la producción de mercancías generales.
Mejorar de manera decisiva la calidad de los productos de consumo es una expresión de respeto al pueblo y sentimiento patriótico. Cada uno de los artículos que se produzcan debe ser de gran aceptación por parte del pueblo y tan perfecto en todos los aspectos como para competir en el mercado mundial. Es necesario ampliar las variedades de productos de consumo hasta satisfacer las distintas demandas y gustos de la población.
Es preciso seguir impulsando con energía la actualización tecnológica y fundamentación científica de la producción de artículos de consumo popular. El propósito de nuestro Partido es lograr que la modernización de la industria ligera abarque no algunas de sus ramas sino todas estas, alcance un nivel no mediano sino máximo y sea realizada con perspectiva, con visión al futuro lejano. Este proceso debe efectuarse de modo sustancial conquistando las metas proyectadas una tras otra. Los funcionarios y obreros de la industria ligera deben elevar sin cesar su nivel técnico y de calificación hasta el punto de manejar con habilidad los equipos modernos, equipos basados en la tecnología de CNC, y realizar con rigor científico-técnico la producción y administración.
La industria local representa una gran parte de la producción nacional de artículos de consumo. Debemos promover un movimiento de masas encaminado a remozar todas las fábricas de industria local siguiendo la antorcha de la revolución de la industria local encendida por el gran General en Changsong. Hoeryong y Kanggye servirán como ejemplo para desarrollarla conforme a las condiciones reales de cada región y poner en pleno funcionamiento las fábricas locales valiéndose de todas las fuentes de materias primas en cada territorio.
Hace falta que toda la sociedad y todo el Estado presten como nunca su atención profunda a la industria ligera. Tienen que suministrarle a tiempo y en cantidad requerida materias primas, combustibles, materiales y fondos necesarios, de acuerdo con la exigencia de la política del Partido de dar importancia a esta rama. Hay que poner gran empeño en producir a nuestra manera y por cuenta propia materias primas y materiales.
Es menester desplegar con más fuerza el Movimiento por la producción de los artículos de consumo popular «3 de Agosto» que surte efectos en la revolución en la industria ligera y aumentar en gran medida la producción de los géneros de primera necesidad en todas las unidades que tienen posibilidad. Es preciso mejorar a ojos vistas el abastecimiento de las mercancías y los servicios gastronómicos de manera que la política del Partido para el pueblo dé efectos.
La gran marcha de hoy para la mejora de la vida poblacional exige lanzar una gran ofensiva en todo el frente económico.
Nuestro Partido desea que los funcionarios y trabajadores de los sectores prioritarios, las industrias básicas de la economía nacional, sean como los obreros heroicos del Complejo Siderúrgico Kim Chaek y sirvan de brasas para avivar la llamarada del gran auge en la mejora de la vida poblacional. Logremos la victoria de este gran auge con la misma convicción, el mismo modo de trabajar y la misma capacidad de práctica de los obreros del Complejo Siderúrgico Kim Chaek; a esto es a lo que llama nuestro Partido.
Solo la producción en gran cantidad del carbón hace factible la de abonos, fibras, electricidad y materiales de acero. En el sector de la industria hullera concentrarán la fuerza en las minas con gran yacimiento y óptimas condiciones de extracción y abrirán otras nuevas, para aumentar notablemente la producción. Todos ayudarán al frente carbonífero considerándolo su propia tarea y elevarán la moral de los mineros en su empeño. Al sector de la industria eléctrica le compete canalizar la fuerza en poner en pleno funcionamiento todos los equipos generadores y renovar y perfeccionar el sistema de transmisión y distribución de la electricidad.
La tarea de los funcionarios y obreros del sector de la industria metalúrgica es afianzar la gran victoria lograda en la perfección del autóctono sistema de producción del hierro y conquistar a todo trance su elevada meta de producción de materiales de hierro y acero. El ferrocarril es la avanzada de la economía nacional. Mediante una campaña de trasportar mayor cantidad de cargas, hay que cubrir satisfactoriamente la cada vez más creciente demanda de acarreo de la economía nacional en conjunto, y todo el país se alzará para modernizar decisivamente el ferrocarril.
La revolución en la industria ligera es precisamente la de la industria química. En los grandes centros de industria química ya reconstruidos en las zonas de Hamhung, Namhung y Sunchon normalizarán la producción y fabricarán mayor cantidad de fibras, resinas, diversos géneros químicos básicos, fertilizantes y substancias agroquímicas, necesarios para la mejora de la vida poblacional.
El frente agrícola constituye el cordón umbilical para la solución del problema del bienestar del pueblo. Debemos considerar el salto en la producción agrícola como un eslabón clave para poner de pleno manifiesto la superioridad del socialismo a nuestro estilo y abrir las puertas a la gran potencia próspera. En el sector agrícola verificarán a carta cabal las orientaciones del Partido de llevar a cabo una revolución en cuanto a semillas y el cultivo de papas, hacer doble cosecha y cultivar soyas, e introducirán activamente el cultivo orgánico y otros métodos y técnicas de cultivo avanzados. Impulsarán con fuerza la emulación por aumentar notablemente la cosecha de granos por hectárea siguiendo a las unidades ejemplares que realizan con éxito el grandioso proyecto de la construcción rural del Partido.
Hoy nuestro Partido llama a promover una revolución en la ayuda al campo. En acato a su voluntad de resolver a toda costa el problema alimentario, el de provisiones, se debe aumentar decisivamente la inversión estatal en el sector agrícola. Todos los demás sectores y unidades antepondrán el suministro de los materiales necesarios para la agricultura a los procesos de cultivo correspondientes.
La era del gran auge de Songun es una temporada pletórica en que se levantan más majestuosamente que nunca las creaciones monumentales para la felicidad del pueblo. Terminar cuanto antes la construcción de la Central Hidroeléctrica de Huichon, la obra de gasificación de Hungnam y la edificación de las 100 mil viviendas en la ciudad de Pyongyang y otros importantes objetos. Elevarán al máximo la calidad de las construcciones con el sublime espíritu patriótico de responsabilizarse mil años de ellas y garantizarlas para diez mil años. Aumentarán trascendentalmente la producción de los materiales de construcción e impulsarán con fuerza el asentamiento de sus bases modernas.
Una vía importante para acelerar el gran auge en el conjunto de la economía nacional es seguir intensificando el empeño para alcanzar la cúspide de la tecnología de punta.
La idea de nuestro Partido en cuanto a este empeño es superar, a base de la experiencia en tomar la supremacía de la tecnología de CNC y en el más corto tiempo posible, el nivel científico y técnico alcanzado por el mundo en todos los sectores y ponernos en la primera fila de la época de la economía del conocimiento. Hay que aprender activamente del ejemplo del Combinado de Maquinaria Ryonha de Huichon que se encuentra a su delantera. Hemos de lograr que no solo en la industria mecánica sino también en todas las demás industrias, no sólo en la industria central sino también en la local, se ponga al rojo vivo el empeño por alcanzar la cúspide de la tecnología de punta.
Hace falta fomentar trascendentalmente las tecnologías básicas claves y de punta como la informática, la nanotecnología y la biotecnología y combinar estrechamente las ciencias y tecnologías con la producción. Nuestros corazones tienen que arder por la autoestima en lo que se refiere a aventajar a otros en la competencia científico-técnica y la firme decisión de hacer añicos el bloqueo científico-técnico de los enemigos con nuestro cañonazo de conquista de lo más avanzado. Los científicos y técnicos, mediante sus intensos esfuerzos intelectuales y técnicos, deben presentar valiosos logros investigativos para la revolución en la industria ligera y el desarrollo de la economía nacional, y todos, sean quienes fueren, participar activamente en el movimiento masivo por la innovación técnica.
Se debe implementar consecuentemente el principio de apoyo en la propia fuerza. Lo que creamos con nuestra propia fuerza e inteligencia tiene un fundamento sólido, rinde mayor efecto y ofrece una espléndida perspectiva. Como los que construyeron el pólder Taegyedo, haciendo realidad el legado del gran Líder pese a que les faltaba todo, deben confiar solo en la propia fuerza y avanzar con ímpetu. Es preciso explotar y aprovechar activamente los recursos subterráneos abundantes en el país, para garantizar materias primas y fondos necesarios para el fomento del bienestar del pueblo y la construcción de la potencia económica.
Optimizar las gestiones económicas reviste un carácter aún más apremiante en estos momentos en que se va revitalizando la economía nacional. Es preciso atenerse a la cientificidad y utilidad en las gestiones empresariales, conforme al principio de la administración económica socialista a nuestro estilo, y observar estrictamente la disciplina en la planificación, finanzas y administración laboral de todas las unidades.
Es necesario lanzar toda una campaña encaminada a mejorar los aspectos del país entero a tenor de su futura condición de gran potencia próspera.
El genuino constructor de esta potencia es aquel que, con una visión amplia e innovadora que le permita contemplar el mundo con pies bien puestos en su tierra, sepa transformar su sector o unidad por vía revolucionaria. Al sector educacional le corresponde elevar la calidad de la docencia y renovar condiciones y ambiente, según exige la era de la informática, hasta encumbrar a la Patria como una potencia de talentos.
Respecto a la esfera artístico-literaria, le toca lograr la producción prolífica de obras maestras con la línea ideo-política bien establecida y que reflejan la realidad, obras que puedan servir de manuales de la educación socialista. A los trabajadores de la salud pública les incumbe atender la salud de los habitantes con devoción, desarrollar la medicina y poner de manifiesto la superioridad del sistema socialista de asistencia médica gratuita. Hace falta avivar en todo el país el fervor por el deporte, con el fin de convertir a la Corea de Songun en una potencia de fútbol, en una potencia deportiva.
La entrega total a la causa de la edificación de la gran potencia próspera se manifiesta también en el remozamiento del suelo patrio, como es el caso de la administración territorial y urbana. Es necesario impulsar con visión de futuro y con cientificidad la creación de parques y la repoblación forestal, así como transformar la tierra natal y los centros laborales en hermosos sitios socialistas por excelencia. La revolución vial exige el esfuerzo de todo el pueblo. Se imprimirá la especificidad nuestra en el diseño y la construcción de las ciudades, teniendo en cuenta las peculiaridades de cada una de éstas y la tendencia mundial. Es menester hacer de Pyongyang, capital de la revolución, una ciudad cubierta de árboles, libre de contaminación ambiental, una ciudad bella y grandiosa de talla mundial.
Elevar por todos los medios el papel orientador del Partido constituye la garantía decisiva de los éxitos en el avance general de este año.
Este es un año que nos colma de orgullo, pues?es el primero que acogemos después de la Conferencia del Partido.
El espíritu de este evento lo conforman la unidad monolítica de los que están dispuestos a seguir salvaguardando invariablemente el centro de la unión, el de la dirección, por mucho que pasen los años; la incansable Marcha Forzada para levantar una potencia próspera, arrostrando disímiles pruebas; y la revolución continua para llevar al término la causa revolucionaria, siguiendo el gran Partido. En la época actual este espíritu ha de servir como el punto de partida para la construcción y las actividades de nuestro Partido y reflejarse en una y otras.
Se precisa establecer con mayor rigor el sistema de dirección del Partido en todos los dominios como el político, el militar y el económico. Hay que formar todo el Partido como un cuerpo ideológicamente puro y orgánicamente integral, compuesto por los que están resueltos a compartir la misma suerte con el Dirigente, y como filas de vanguardia firmemente dispuestas a hacer realidad la decisión del Dirigente.
Nuestro Partido desea que todas sus organizaciones sean tan poderosas y vivaces como para conducir a la cabeza el gran avance de masas dirigido a mejorar la vida poblacional. En sus labores se aplicarán al pie de la letra la forma de cumplir las tareas revolucionarias en estrecha unión de los organismos administrativos y el principio de emplear el método de trabajo político en el desarrollo de todas las labores económicas. A las organizaciones partidistas les toca atenerse a la opinión pública, profundizarse conforme a ella en la labor con el hombre y solventar con responsabilidad los problemas de la vida de la población, tal como exige la línea revolucionaria para con las masas.
Cuanto más ambiciosa es la tarea asumida, y persistente la maniobra enemiga, tanto más enérgicamente impulsar la ofensiva en la labor ideológica, esta es la manera de combatir de nuestro Partido. A las organizaciones partidistas de distintos niveles les incumbe mantener constancia e intensidad en la educación con la idea Juche, la de Songun, y consolidar como un monolito la trinchera ideológica del socialismo a nuestro estilo.
Formarán a sus miembros y demás trabajadores como indoblegables revolucionarios de la era de Songun, imbuidos del espíritu de defender a riesgo de la vida a su líder, el de autoestima nacional, el de apoyo en las propias fuerzas, y el de amor al porvenir y de sacrificio. Promoverán enérgicamente las actividades artístico-culturales entre las masas, que las convocan y espabilan, así como seguirán vigorizando el Movimiento por la Obtención de la Bandera Roja de las Tres Revoluciones.
Es preciso fortalecer la combatividad del Ejército Popular, manteniendo la línea revolucionaria de nuestro Partido de priorizar los asuntos militares.
Hoy la causa de la construcción autóctona del ejército avanza impetuosamente hacia nuevas y más altas fases.
En este año en que se cumplen el aniversario 20 del nombramiento del querido camarada Kim Jong Il como Comandante Supremo del Ejército Popular de Corea y el 15 del inicio del Movimiento por el Título de Séptimo Regimiento de O Jung Hup, hace falta que en el Ejército sigan con lealtad la orientación del gran Comandante de Songun y registren nuevos cambios revolucionarios en todos los quehaceres militares y políticos.
Enarbolando la consigna «¡Defendamos a vida o muerte el Comité Central del Partido encabezado por el gran camarada Kim Jong Il!», preservarán intacta la valiosa tradición de seguir incondicionalmente y defender a costa de la vida al Partido y al líder. Es preciso realizar intensa e incansablemente la labor política del Partido destinada a afianzar más en todo el Ejército el sistema de único mando del querido camarada Comandante Supremo, así como conservar y destacar eternamente el carácter revolucionario del Ejército como fuerzas del líder y del Partido.
Los entrenamientos de hoy curten a los que mañana serán héroes de combate. Conforme a la tensa situación, es necesario organizar los ejercicios en un ambiente de batalla real y preparar a todos los oficiales como comandantes con elevada capacidad de mando universal y a todos los soldados como combatientes con capacidad de hacer frente cada uno a cien enemigos, para que puedan apoyar con las armas la voluntad del Partido de situar en primer plano los asuntos militares.
Es preciso perfeccionar el mando y la administración de la unidad, prestando la atención principal al fortalecimiento de la compañía, implantar férrea disciplina militar con miras a manifestar plenamente el espíritu y el aspecto combativos de la poderosa fuerza armada revolucionaria élite. Hace falta lograr de modo cabal la unidad entre oficiales y soldados, y la colaboración de los cuadros militares y los políticos, enarbolando la consigna de convertir a todo el Ejército en un colectivo de camaradas, así como consolidar por todos los medios la unidad entre el ejército y el pueblo, tomando el primero siempre la iniciativa. Mantendrán alta vigilancia, con nuestro propio concepto de guerra y resuelta determinación de aniquilar al enemigo.
El espíritu del Ejército Popular, idéntico al del gran Comandante Supremo, es el de ataque del Paektu, mientras que su justiciero modo de reacción se traduce en un combate inmediato, inclemente y devastador. Jamás perdonará a los que se atrevan a desacreditar nuestra dignidad y régimen socialista y a invadir una pulgada de nuestro cielo, tierra y mar. Con su arma invencible, cumplirá infaliblemente la misión histórica que asume ante la Patria y la nación.
Si él avanza a toda velocidad con la bandera en alto como la masa fundamental de la revolución, toda la sociedad se animará con el ímpetu del gran auge. Le incumbe levantar creaciones monumentales en todos los lugares principales de la construcción de la gran potencia próspera y ser un paradigma que conduzca la sociedad con el espíritu revolucionario, el carácter y la cultura de sus integrantes.
La industria de defensa nacional constituye una fuente de la potencialidad de la Corea de Songun y una segura garantía para mejorar la vida del pueblo. Le corresponde seguir cumpliendo intachablemente su misión de precursor en la tecnología de punta, y de locomotora que conduce la economía en su conjunto.
Es menester cambiar de forma radical el estilo y el modo de trabajo, de acuerdo a las demandas de la nueva época, la de la revolución de Songun.
«¡Luchemos y creemos como dignos descendientes del gran camarada Kim Il Sung!», esta es nuestra máxima. Debemos luchar con un grandioso propósito, un elevado ideal, un gran coraje y optimismo, que tenía nuestro Líder. Debemos vivir cada instante de la época de gran auge con el indomable temperamento de realizar lo imposible, con la audacia de asombrar al mundo con nuestras creaciones, y con el impecable modo de trabajo revolucionario que aporte beneficios a la posteridad.
De los directivos y otros cuadros depende el éxito de la gran marcha por el mejoramiento de la vida del pueblo. No solo serán partidarios de la política del Partido, sino también hombres prácticos que sepan hacerla realidad y luchadores resueltos a cumplir de modo más satisfactorio, honesto, sincero y perfecto con las tareas a ellos asignadas por el Partido. Como los directivos de la Mina Juventud 5 de Marzo, fijarán altas metas, proyectarán todas las labores con adecuadas metodologías y renovarán radicalmente sus unidades. Todos, con insondable apego a su poblado, centro de trabajo, distrito y provincia, lograrán hasta el fin sus sueños dorados.
El gran contingente de jóvenes vigorosos son protagonistas de la defensa de la Patria y la construcción socialista. Exhibirán el heroísmo colectivo en todas las obras de construcción de una gran potencia próspera, enarbolando la bandera de la Unión de la Juventud Socialista Kim Il Sung. Los corazones de los jóvenes de la era de Songun han de arder en gran esperanza y fervor por cargar todo el peso del país y ganar supremacía en todos los dominios de la tecnología de punta.
Todas las organizaciones de trabajadores han de concentrarse en la educación ideológica destinada a movilizar la capacidad espiritual de sus militantes, y vigorizar la emulación socialista, las actividades de la brigada de choque y demás movimientos de masas.
El año pasado, pese a las aviesas maniobras de fuerzas divisionistas del interior y exterior del país, el movimiento por la reunificación nacional experimentó un impetuoso avance.
La significativa conmemoración en el Norte, el Sur y el extranjero del aniversario 10 de la publicación de la Declaración Conjunta del 15 de Junio y el 30 de la presentación de la Propuesta de la Fundación de la República Confederal Democrática de Coryo patentizó el ardiente anhelo de la reintegración de nuestra nación. Con el paso del tiempo y a pesar de múltiples dificultades, la voluntad de nuestra nación de aunar la Patria de manera independiente se reafirma cada vez más.
También fue un año en que las autoridades conservadoras de Corea del Sur revelaron sin reservas su verdadera naturaleza como secuaces belicosos y maniáticos opositores a la reunificación y promotores de la confrontación. En contubernio con las fuerzas foráneas, no dejaron de conspirar contra nuestra República y amenazarla con desencadenar una guerra, frustrando así las conversaciones entre el Norte y el Sur y la reconciliación nacional. Sus desvaríos provocaron la indignación de todos los connacionales. Si ante los grandes riesgos de agresión inminente no se desató la guerra en la Península Coreana y se llevaron a cabo una serie de actividades humanitarias entre ambas partes, se debe totalmente a la política de Songun de amor al país y la nación y a los pacientes esfuerzos de nuestra República.
El nuevo decenio del siglo XXI será un período de esperanza, reunificación y prosperidad, que ha de acabar con la tragedia de la división nacional.
Hoy en día, para nuestra nación no existe otra tarea más vital que la reunificación de la Patria. Si se mantiene o no la posición de apreciar a la nación y la posición a favor de la reunificación independiente, constituye la piedra de toque para distinguir al patriota del traidor a la nación.
Este año, bajo la consigna «¡Con la fuerza unida de todos los compatriotas del Norte, el Sur y el extranjero, abramos una nueva coyuntura para la reunificación independiente!», nos esforzaremos denodadamente por mejorar las relaciones Norte-Sur y aunar el país.
Es preciso neutralizar cuanto antes el estado de confrontación entre el Norte y el Sur.
Las autoridades surcoreanas tienen que desistir de su política anti-reunificación y de enfrentamiento entre los compatriotas, objeto de la condena y el rechazo unánimes del interior y exterior, y optar por el camino de respetar y ejecutar la Declaración Conjunta del 15 de Junio y la Declaración del 4 de Octubre. Asimismo, cesar de inmediato las intrigas contra nuestra República y la represión de las fuerzas patrióticas pro-reunificación, actos que impiden la reconciliación y unidad nacionales y contravienen la causa de la reunificación.
Hay que conjurar el peligro de guerra creado en la Península Coreana y preservar la paz.
Si se desata otra guerra en este territorio, el resultado será, sin duda, la catástrofe nuclear. Toda la nación debe ponerse en pie de la sagrada y justa lucha patriótica contra la guerra y por defender la paz en la Península Coreana. Los ejercicios de guerra para la agresión al Norte y las maquinaciones por el incremento del armamento, perpetrados por las fuerzas belicosas del interior y exterior y que amenazan gravemente la seguridad de la nación y la paz, deben ser detenidos. La alianza con las fuerzas extranjeras conduce a la guerra, a la ruina de la nación. Todos los connacionales no deben tolerar nunca las criminales maniobras de los belicosos proyanquis que, depositando su destino en las fuerzas foráneas y en colusión con ellas, llevan la situación al borde de la guerra.
Se precisa promover de modo activo las conversaciones y la colaboración.
Hay que realizar ingentes esfuerzos por crear un ambiente a favor de las conversaciones y colaboración entre el Norte y el Sur, poniendo en el primer plano los intereses comunes de la nación. Se deben asegurar el libre viaje e intercambio de todas las clases y capas sociales y, fomentando la colaboración, hacer aportes a la mejora de las relaciones bilaterales y la reunificación.
La Declaración Conjunta Norte-Sur es la bandera de la reunificación independiente y un jalón de la prosperidad de la nación que toda esta debe enarbolar invariablemente. Todos los coreanos del Norte, del Sur y del extranjero tienen que considerar como la vida del movimiento por la reunificación de la Patria la citada declaración y su espíritu fundamental, el ideal de «Entre nosotros, los connacionales», y materializarlos a cabalidad. He aquí el luminoso porvenir de nuestra nación.
Lo ocurrido el pasado año en la palestra internacional muestra que nunca pueden ser aceptables la coerción y arbitrariedad de los imperialistas y con nada será posible detener la corriente de la época hacia la independencia. Es inalterable nuestra postura y voluntad por mantener la paz en el Noreste de Asia y por desnuclearizar toda la Península Coreana. También en lo adelante, nos esforzaremos con tesón por desarrollar las relaciones de amistad y cooperación con los países que, bajo el ideal de la independencia, la paz y la amistad, nos tratan amistosamente, y por verificar la independencia en el mundo.
La causa de nuestro Partido que viene abriendo el camino de triunfos de generación en generación y de siglo en siglo, sigue hoy el mismo camino con pletórico vigor y ánimo. No hubo un tiempo como hoy, cuando hacemos el balance de la historia de cien años de la Corea de Kim Il Sung, con alta dignidad nacional y la convicción en el porvenir que está prendiendo firmemente en el corazón de nuestro pueblo.
Ya se atisba la puerta de la victoria. El llamamiento combativo de nuestro Partido a dar acicates consecutivos a la marcha general de la revolución deviene la bandera de la gran renovación para descollarse en el mundo al saltar de un tirón las etapas pasadas por otros, la bandera del patriotismo y fidelidad al gran Líder para hacer realidad a todo trance en nuestra generación su deseo de construir una gran potencia próspera. Hasta el día de la victoria final, marcharemos con pasos firmes dando sucesivos acicates al corcel Chollima de la época de Songun para dar grandes saltos e impulsar la ofensiva general.
Todos, compactamente unidos en torno al Comité Central del Partido encabezado por el gran Dirigente Kim Jong Il y llenos de convicción, registremos avances decisivos en la construcción de una gran potencia próspera.
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