Pronunciamiento del PSUV, ante la arremetida del gobierno colombiano contra Venezuela
El PSUV se declara en estado de alerta y de movilización a través de este comunicado que publicamos integramente en el que encontrarán también un cronograma de actividades para las próximas horas
Ante la arremetida del Gobierno Colombiano contra Venezuela y la ruptura de las relaciones con la hermana República, el PSUV se declara en estado de alerta y de movilización a través de este comunicado que publicamos integramente:
COMUNICADO
En lo que podrían denominarse los últimos estertores del gobierno del señor Álvaro Uribe, el imperio lanza, a través de sus agentes en Colombia, una abierta y grosera provocación contra Venezuela. Podríamos especular mucho, pero es necesario que todos nos hagamos una pregunta: ¿Por qué ahora? ¿Por qué precisamente cuando termina su gobierno lanza una provocación de tal magnitud y escogiendo el escenario de la Organización de Estados Americanos?
Para todos es absolutamente claro que las razones o sin razones, pueden ubicarse en el hecho de que el señor Álvaro Uribe y muchos de los que lo acompañan son verdaderos rehenes de los organismos de seguridad de los Estados Unidos de Norteamérica, que conocen al detalle los vericuetos entre las relaciones del Estado colombiano, el narcotráfico y los paramilitares. Verdaderas asociaciones del crimen que han anegado de sangre, tristeza y lágrimas a esa nación que es también nuestra nación, porque Venezuela y Colombia somos una misma patria.
Fuimos la Gran Colombia, producto del genio del Libertador, pero los intereses oligárquicos internos, dependientes desde siempre de los del imperio, y con su apoyo, rompieron en pedazos aquel sueño de libertad y soberanía. Hoy, cuando cobra aliento cada vez con más fuerza el sentimiento de nación de nuestra gran patria latinoamericana y caribeña, pretenden continuar en ese proceso de más de doscientos años de trituración de la unidad continental. Estando atrapados como rehenes de los aparatos de inteligencia de los Estados Unidos, tratan de ser devotos y complacientes lanzando misiles con la pretensión de hundir y hacer fracasar el esperanzador aliento de integración que se ha extendido por toda nuestra patria latinoamericana y caribeña.
No es casualidad que, precisamente cuando se desata una enorme movilización imperial a escala planetaria por parte de las fuerzas militares norteamericanas, se agregue este elemento en la América Latina. Como es sabido, hoy están movilizadas fuerzas imperiales hacia el golfo pérsico, se amenaza a Corea del Norte y asistimos a las intervenciones sangrientas y espantosas en Irak y Afganistán.
Tampoco podemos olvidar que las fuerzas imperiales cada vez que se han planteado guerras injustas, como son todas las guerras imperiales, han buscado siempre un pretexto. En la historia encontramos la repetición de hechos como lo que se llamó el incendio del “Reichstag” por parte de las fuerzas hitlerianas en Alemania para justificar, en primer lugar, la represión y la histeria anticomunista que se desató en Alemania y que luego fue el antecedente para desatar la segunda guerra mundial. Más fresco aún, en la memoria del mundo, está el invento, por parte del gobierno norteamericano, del pretexto de las armas de destrucción masiva en Irak para justificar la invasión, falsedad que muy pronto quedó descubierta porque la mentira, como bien se sabe, tiene las patas muy cortas. El acto que ahora estamos observando, montado en el escenario dudoso de la Organización de Estados Americanos y con la resonancia de los medios mercenarios de la derecha mundial, se inscribe dentro de ese patrón imperial de comportamiento.
Otro elemento para la discusión es el estilo del representante de Uribe, (que no lo es de Colombia), caracterizado por la histeria. Una histeria por asuntos propios y exclusivos de los venezolanos. Y no olvidemos que la histeria a lo largo de la historia ha precedido a los tambores de la guerra.
¿Pero será una simple casualidad que se hayan instalado 7 bases militares en Colombia, el reforzamiento de las bases militares en Aruba y Curazao, la instalación de nuevas bases militares en Costa Rica y en Panamá, con decenas, quizás cientos, de aviones de guerra, miles de hombres e incluso un portaviones con el pretexto de combatir el narcotráfico?, ¿militarmente hablando se combate el narcotráfico con tal despliegue bélico?.
A propósito del narcotráfico, es bueno recordar que Estados Unidos ha fracasado sistemáticamente en su declarado objetivo de controlar la fortísima expansión del consumo de estupefacientes en su propia población que fue, por cierto, expoliado como consecuencia de las mismas guerras imperiales. No sólo no han podido detener la expansión del consumo sino que incluso han alcanzado sofisticados y sin precedentes desarrollos aplicando innovaciones tecnológicas para incrementar el rendimiento de la producción y la eficacia de las drogas, tanto químicas como biológicas. La guerra de Vietnam incrementó el consumo de estupefacientes por parte de las tropas norteamericanas, al igual que ocurre en Irak y Afganistán. Muchos se preguntan qué ocurrirá en Costa Rica que puede ser contaminada por esta práctica muy característica de las tropas que dispersa el imperio por todo el mundo.
Colombia es, por mucho, es el más grande productor de cocaína del mundo mientras que Venezuela, ni es parte del conflicto colombiano, ni es productora de drogas, ni es parte de los negocios colombo-norteamericanos de producción y comercialización de drogas. Nuestro país ha combatido muy exitosamente, por cierto, las pocas plantaciones y los intentos de convertir a la frontera venezolana en zona de producción de droga pero tenemos por un lado un mercado de consumo (Estados Unidos) y por otro, un gran productor de droga (Colombia). Donde hay demanda, hay oferta. Mientras Estados Unidos, que es el principal responsable de este fenómeno, no encuentre forma de combatir el incremento del consumo, sobre todo en su juventud, habrá quien produzca droga, incluso en el territorio norteamericano.
Se han capturado muchos capos de la droga, algunos de ellos extraditados a los propios Estados Unidos de Norteamérica, otros a Colombia, cumpliendo con un deber ético y no por presiones de Estados Unidos, o porque diga cualquier cosa el gobierno de Álvaro Uribe. Cumplimos con un deber ético que gobierna este proceso revolucionario.
A Venezuela, a nuestro pueblo y a su gobierno revolucionario no le queda más que mantener firmemente las posiciones que hemos mantenido junto al presidente Chávez quien dirige dignamente el proceso revolucionario bolivariano.
Ante este escenario, los órganos dominados por las fuerzas imperiales y el capitalismo mundial, servirán de eco de esa campaña descomunal, preparando las condiciones para el cumplimiento de las amenazas que se ciernen sobre la Patria. Las esperanzas de que la oposición en Venezuela asuma posiciones patrióticas se desvanecen. Desaparecen las esperanzas de que en buena parte de la oposición se establezca el buen sentido ético, el sentido patrio, el amor por la paz, el amor por esta nación. Pareciera que están listos para acompañar los intentos imperiales de generar una situación bélica contra Venezuela. Un conflicto entre quienes pertenecemos, insistimos, a una misma nación, a una misma patria como Colombia y Venezuela.
En nuestro país conviven con nosotros más de 4 millones de colombianos, seres humanos que viven una tragedia de origen imperial y que han recibido de Venezuela el trato que ella da a todos sus hijos. No son extraños en nuestro país, no son extraños en nuestra casa. Están en su casa, en su tierra, porque somos un mismo pueblo. Ellos han venido a Venezuela, se han incorporado como cualquier venezolano. Afortunadamente aquí no dictamos leyes anti-migratorias y represivas como ocurre en otras tierras. Aquí acogemos no sólo a los colombianos, sino a cualquier persona de cualquier parte del mundo, como propios, como venezolanos, y reciben el mismo tratamiento que las venezolanas y venezolanos. De manera que los colombianos y colombianas pueden estar absolutamente seguros que no habrá alteración alguna en la atención fraterna y solidaria que nos ha caracterizado.
Lamentablemente ya no hay más opción ante las crecientes provocaciones. El gobierno venezolano con el presidente Chávez en persona, ha hecho todos los esfuerzos por contribuir a solventar los problemas de la violencia que sigue desgarrando a la nación colombiana, que es nuestra nación. No ha habido otra posibilidad, no ha habido otro remedio. Por ello no solamente los militantes del PSUV acompañamos firmemente la decisión del presidente Chávez, en el sentido de la ruptura de las relaciones diplomáticas. Estamos seguros que la inmensa mayoría de nuestro pueblo, lo acompañamos en la esperanza de que en el próximo gobierno de Colombia, que muy pronto entrará en funciones, prevalezca el raciocinio, prevalezca el amor por la paz y el entendimiento de que somos parte de una gran nación y que no hay justificación para un conflicto entre nuestros pueblos. Pero, ante esta situación indeseada, al mismo tiempo que luchamos por la paz, todos debemos mantenernos alerta, porque a la provocación en la OEA pueden seguirle actos de mayor agresividad.
En conclusión, somos víctimas de una agresión, como lo ha sido siempre Venezuela, víctimas de un conflicto escenificado en Colombia producto del incontrolado fenómeno de producción de estupefacientes en Colombia. Somos víctimas de la violencia en Colombia. Hacia Venezuela se derrama la violencia desde Colombia. Han muerto soldados. Han muerto venezolanos. Más de 400 venezolanos están secuestrados por el fenómeno de la violencia en Colombia. De ninguna manera hemos sido actores y agentes de los problemas internos de Colombia. Ojala prevalezca la sabiduría para que, con nuestros pueblos gobierno aplicando la racionalidad puedan vivir en verdadera democracia, libertad y en paz. Es lo que aspiramos para nuestro querido pueblo colombiano
Ante la arremetida del Gobierno Colombiano contra Venezuela y la ruptura de las relaciones con la hermana República el PSUV se declara en estado de alerta y de movilización:
1.- Hacer un llamado a todos los comandos políticos en cada una de las entidades del país, a materializar el estado de alerta y movilización mediante la activación del movimiento popular y el desarrollo de acciones de calle que expresen el más sólido respaldo al Comandante Presidente Hugo Chávez en la decisión de romper relaciones con Colombia y a defender en cualquier terreno la Revolución Bolivariana.
2.- Exhortar a todas las y los compatriotas integrantes de los Concejos Municipales y de los Consejos Legislativos a impulsar el pronunciamiento público de estos organismos en respaldo a la medida tomada por el Comandante Presidente Hugo Chávez al romper las relaciones con Colombia y a desarrollar un conjunto de acciones políticas que impliquen la movilización y las acciones de calle en defensa del proceso Revolucionario Bolivariano y de la soberanía y dignidad de nuestro pueblo.
3.- Llamar a todos y a todas a movilizarse el Sábado 24 de Julio, a la Iglesia de San Francisco (8 AM) y al Panteón Nacional (10 AM) para acompañar el traslado de la Bandera Nacional elaborada por las manos del pueblo en una acto patriótico y Bolivariano de reafirmación de la soberanía y en defensa de la dignidad de nuestro pueblo.
4.- Iniciar un conjunto de movilizaciones, concentraciones y acciones de masas en la frontera de Venezuela con Colombia, atendiendo al siguiente cronograma:
Sábado 24 de Julio, a las 3 PM movilización en Guasdualito, en la frontera entre el Estado Apure y Colombia.
Domingo 25 de Julio, a las 9 AM movilización en Paraguaipoa en la frontera del Estado Zulia con la República de Colombia.
Domingo 25 de Julio, a las 9 AM movilización en San Antonio del Táchira, en la frontera entre el Estado Táchira y Colombia.
Sábado 31 de Julio, a las 11 AM movilización en Puerto Ayacucho, en la frontera entre el Estado Amazonas y Colombia.
5.- Desarrollar movilizaciones con la participación de las comunidades de los países Bolivarianos, residentes en Venezuela, fundamentalmente con las hermanas y los hermanos Colombianos, entre el lunes 26 de Julio y el viernes 30 de Julio.
Dirección Nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela.
Caracas 22 de julio de 2010.
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