Dependencia o dominación imperialista
Por Alberto Pinzón Sánchez
En la medida que crece la inversión de capital multinacional de origen español en Latinoamérica, (en Colombia por ejemplo es el segundo inversor después de Estados Unidos), también crece en España la necesidad de “explicarse” analíticamente la realidad que el franquismo hispano-portugués de Franco y Salazar no pudo hacer con su rancia y babosa doctrina colonialista de la “Comunidad Iberoamericana”. Actualmente hay en los centros de pensamiento y universidades españolas un inusitado auge de los estudios latinoamericanos.
Me refiero a dos de las últimas publicaciones escritas en castellano más divulgadas en los últimos años y difundidas ampliamente en Latinoamérica. Una, la «Historia contemporánea de América», coordinada por el profesor Alcázar (1), originalmente publicada en catalán y luego traducida al castellano y editada en 2007 por la Universidad de Valencia, en donde se hace un ambicioso recuento bibliográfico de hechos históricos, bastante general aunque aproximado, sobre dos realidades tan dispares como son la estadounidense, y el “resto del continente”.
Me sorprendió como colombiano ver el tratamiento superficial y de excepción, sin mayor trascendencia analítica dentro del marco interpretativo general diseñado por los profesores, que se le da a la rica y compleja historia de Colombia: En la página 369, dentro del título «La lucha armada en los 80 y los 90. De Sendero Luminoso al EZLN», se lee solamente un párrafo que dice:
….”Visto con cierto detenimiento el caso nicaragüense, vamos a prestar atención a dos procesos singulares por razones diversas acaecidas en la década de los 80 y 90. Son los casos que, si exceptuamos la inagotable tragedia colombiana, han sido los dos últimos intentos de insurgencia guerrillera en América Latina: Sendero Luminoso y el EZLN”.
Como está establecido desde la antigüedad griega, pregunto: ¿Por qué? ¿Por qué se explican detalladamente otros procesos latinoamericanos y se elude el análisis científico riguroso y complejo del tan documentado y sin lugar a dudas excepcional proceso sociohistórico al que los profesores llaman “la inagotable tragedia colombiana”? Razones habrá. Que desconozco.
Otra, es la compilación de importantes textos sobre «La Teoría de la Dependencia» hecha en 2006, por el profesor de la Universidad de Sevilla Ángel María Casas Gragea (2), en donde se intenta, con bastante buena intención, revivir mediante la relectura de textos el fructífero debate sociológico e histórico sostenido por diversos investigadores de orientación marxista en la década de los 60, que sirvió para documentar y explicar las relaciones imperialistas entre Estados Unidos y lo que desde entonces se ha dado en llamar Latinoamérica.
El profesor Casas en la página 50, debatiendo con Salomón Kalmanovitz, quien cuando era dueño del marxismo (trotskista) colombiano la juzgó y mandó a la tinieblas porque su método carecía de enfoque marxista de la Totalidad, sugiere que no es una “teoría” en sentido estricto, sino más bien una rica y compleja categoría sociológica de análisis, la cual en lugar de remplazar la teoría del imperialismo, sí explica críticamente desde muy diversas ópticas y permite (o ha permitido) la praxis concreta para su superación.
Lamento eso sí, también como colombiano, que dentro de ese ánimo amplio de releer y extraer (críticamente sin sectarismos) lo útil y práctico de aquellos pioneros hoy sepultados y quienes hace más de 40 años abrieron surcos fructíferos para nuestra Patria Grande, no se hubiera incluido ningún texto del pensador socialista colombiano Antonio García Nossa.
Notas:
1-Historia contemporánea de América. Alcázar, Tabanera, Santaceru, Marimón. Universitat de Valencia. Educación. Materiales. Valencia 2007
2- La Teoría de la Dependencia. Edición Ángel María Casas Gragea. Agencia Española de Cooperación Internacional. Madrid.2006
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