Estatuto de la oposición: De la letra muerta a la letra viva
Dos décadas sin garantías a la oposición política cambiarán con la implementación de los acuerdos de La Habana
Por: Redacción Política
Uno de los acuerdos a los que llegaron las delegaciones de paz de las FARC-EP y el Gobierno nacional, en el punto de participación política, es la materialización de un Estatuto de la oposición establecido hace 25 años en la actual Constitución colombiana.
Las partes anunciaron en su momento que el estatuto de garantías para el ejercicio de la oposición política sería una construcción de los partidos y movimientos políticos con personería jurídica, convocados en una Comisión para definir los lineamientos del Estatuto de los partidos y movimientos políticos que se declaren en oposición.
El primer paso en la implementación de los acuerdos en el punto de participación política se dio con el nombramiento de la comisión de expertos que trabajarán en una propuesta de Estatuto. Sergio de Zubiría, Pablo Cruz, Gustavo García y José Joaquín Vives fueron escogidos por la mesa de conversaciones para organizar el encuentro entre partidos políticos y organizaciones sociales que servirá como guía de trabajo para la elaboración del proyecto de ley del Estatuto.
Los temas
La diferencia con el Estatuto planteado desde la Asamblea Constituyente de 1991 se encuentra entre otras en los temas que debe contener la nueva propuesta. Dos décadas atrás se hablaba de acceso a medios de comunicación, derecho a la réplica para la oposición, acceso a la información para la oposición; ahora para la apertura de una democracia plena el estatuto debe contener: la regulación de las ternas elaboradas por la oposición para ocupar los cargos en órganos de control como la Procuraduría y la Contraloría; programas de televisión para los planteamientos políticos de la oposición, espacios radiales y acceso sin censura a medios impresos donde puedan expresar sus puntos de vista de los diferentes temas nacionales, reglas de participación en debates públicos, revisión integral del régimen electoral, voto electrónico, reingeniería de la participación ciudadana de regiones apartadas del país, presupuestos equitativos para el mantenimiento de partidos políticos, el derecho a la asistencia legal y técnica, el impulso a redes de organizaciones y movimientos sociales que hagan visibles los liderazgos y garanticen su capacidad de plena interlocución con los poderes públicos, instancias de participación ciudadana, herramientas de mayor control ciudadano a las autoridades locales, municipales, departamentales y nacionales, entre otros.
“Es una oportunidad magnífica no solamente para hacer realidad por fin el Estatuto de la oposición, sino también para mostrarle al país que lo que se está pactando en La Habana dentro del propósito de alcanzar La Paz y la reconciliación, no quedará como letra muerta en el papel, para luego ser lanzado al basurero del olvido”, señaló la delegación insurgente.
Debate entre partidos
El primer paso es la concurrencia de los partidos políticos con personería jurídica y movimientos políticos declarados en oposición. De ellos se espera que planteen los lineamientos en cuanto a la garantía para hacer efectiva la ampliación democrática que se espera tras la firma de la paz estable y duradera.
“En un país cuya historia política ha estado signada por la guerra sucia y graves capítulos de intolerancia y terror institucional que obligaron al alzamiento armado; en un país que ha vivido terribles tragedias como el exterminio casi total de una fuerza política como la Unión Patriótica y que aún sufre el acontecer constante de asesinatos, desapariciones, represión y persecuciones por causas políticas, en momentos en que nos adentramos en una de las mejores posibilidades de alcanzar la paz, plantearnos el diseño de un Estatuto de la Oposición que dé garantías a todos, pensando que cualquier partido puede estar en el gobierno o en la oposición, hace parte fundamental de la construcción de la democracia; es un paso trascendental en el andar de un proceso constituyente que permita la inclusión y le abra camino a viejas aspiraciones como aquella de que por lo menos los principales órganos de control, la Procuraduría y la Contraloría, sean ternados por los partidos de oposición, que existan programas de televisión, espacios radiales y en los medios impresos donde puedan expresar sus puntos de vista, etc. De igual manera, se le deben dar garantías a los partidos que se declaran independientes, y a las minorías étnicas y políticas”, señaló la Delegación de las FARC-EP.
Después de recibir el mandato de la mesa de conversaciones, Sergio de Zubiría expresó que su mayor preocupación antes que cualquier tecnicismo político es la garantía de la vida para quien se declara en oposición política. Por su parte, el profesor Pablo Cruz señaló que serán las organizaciones sociales y políticas las encargadas de construir una propuesta de Estatuto, con la certeza que los acuerdos de La Habana harán posible lo que en dos décadas no fue posible por la ausente voluntad política de la dirigencia liberal, conservadora.
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