Fermín Muguruza en Bogotá: Guerra a la guerra
Indagó por los avances del proceso que se desarrolla en La Habana, y comentó a VOZ su interés de acompañar la celebración del acuerdo definitivo, como hizo en El Salvador tras la paz entre el Gobierno y el FMLN, en cuya primera campaña electoral participó con su banda Negu Gorriak.
David Moreno
En maratónica jornada, después de tres años, Fermín Muguruza, referente de la cultura vasca, presentó en Bogotá su libro Black is Beltza, dio un par de conciertos acompañado por el Sistema Sonoro Skartel, cantó con los madrileños de Non Servium y, una semana después de viajar a Europa, regresó con Albert Pla y Refree, presentando su espectáculo escénico Guerra en el teatro Jorge Eliécer Gaitán.
Black is Beltza es una novela gráfica, ambientada en la década del 60, con guion de Muguruza y Harkaitz Cano, ilustrado por el Dr. Alderete. Hace un recorrido por las contradicciones del racismo en los Estados Unidos, las luchas del momento como la revolución cubana y el Partido de los Panteras Negras, y la banda sonora de la época, desde la vivencia de un internacionalista vasco. Fue presentado en la Feria del Libro de Bogotá por la editorial Rey + Naranjo.
La visita a Bogotá durante la Feria no podía pasar sin dar una muestra de su extenso repertorio musical. Así fue que preparó con la banda bogotana Sistema Sonoro Skartel algunos de sus temas más conocidos, para participar además en un homenaje al poeta León de Greiff.
Y como nada es casualidad, el primero de mayo coincidió con un festival de rock antifascista en el emblemático escenario del barrio Policarpa, donde sus amigos madrileños de Non Servium lo invitaron a la tarima a cantar con ellos una de sus composiciones, cumpliendo con la combativa celebración del Día de la Clase Trabajadora.
El día 12, de regreso a Colombia, presentó en el espectáculo Guerra, un montaje teatral, musical y de multimedia. Lo protagonizan también el cantautor catalán Albert Pla y el también músico Raül Fernández, ‘Refree’, bajo la dirección de Pepe Miravete, y constituye una reflexión, con tintes de comedia, sobre las intervenciones humanitarias con que el imperialismo disfraza sus agresiones a los pueblos.
“Nos reímos de la seducción que ofrece el poder para que todo el mundo esté contento, haciendo que tengamos miedo a lo de fuera”, dice Pla.
Fermín añade que la obra muestra “cómo las líneas editoriales de los medios se establecen prácticamente desde los llamados servicios de inteligencia. En la obra no colocamos el foco en un lugar específico del planeta en el que hay un conflicto bélico sino también en los conflictos de poder en el sentido más estructuralista del término. Se habla del control, del miedo, de la construcción de muros… Se menciona Palestina, Lesbos, Gibraltar”.
Y es que la guerra y la paz son permanentes motivos de preocupación para el músico vasco. Revolucionario e independentista, pero también abanderado de la solución política del conflicto que enfrenta a su pueblo con los estados español y francés. Tras la liberación del dirigente abertzale Otegi, a quien visitó personalmente en la cárcel, lo acompañó a Dublín para conocer de primera mano los alcances de la paz en Irlanda. En Bogotá indagó por los avances del proceso que se desarrolla en La Habana, y comentó a VOZ su interés de acompañar la celebración del acuerdo definitivo, como hizo en El Salvador tras la paz entre el Gobierno y el FMLN, en cuya primera campaña electoral participó con su banda Negu Gorriak y los comunistas italianos de Banda Bassotti.
¿Y en Euskal Herria? “Es frustrante lo que pasa”. Aunque ETA anunció que abandonaba definitivamente la lucha armada en octubre de 2011, más de cuatro años después, las autoridades españolas no han sido capaces ni de acercar a los presos vascos a las cárceles de su país. “Más que la victoria, a nosotros quizás nos toque joder. Y se van a joder. Se van a enterar. Vamos a ser incómodos”.
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