Jaime Pardo Leal, 28 años después vive en la conciencia del pueblo colombiano
Al recordar su memoria, sus luchas y sus vigilias, condenamos una vez más su execrable crimen, el abominable genocidio contra el Partido Comunista y la Unión Patriótica.
Nelson Lombana Silva
Hace 28 años ocurrió el magnicidio del candidato presidencial por la Unión Patriótica, Jaime Pardo Leal, mientras regresaba a Bogotá proveniente del municipio La Mesa (Cundinamarca), después de visitar su pequeña finca, convirtiéndose en una víctima más del terrible genocidio desatado contra el Partido Comunista y la Unión Patriótica. Un crimen de Estado que permanece en la impunidad como tantos y tantos en Colombia.
Jaime Pardo Leal, desde muy joven abrazó con donaire la lucha revolucionaria al vincularse a la Juventud Comunista (Juco), mientras estudiaba en la universidad nacional Derecho. Fue un penalista brillante, un orador volcánico, profundamente carismático. Apóstol de la paz, recorrió el país, la profundidad de las montañas buscando la paz con justicia social. Arremetió contra los carroñeros de la guerra, sobre todo el sector militarista, los terratenientes y los empresarios.
Ocupó puestos importantes comenzando por ser juez, magistrado del tribunal superior de Cundinamarca y candidato a la corte suprema de justicia. Fundó la Asociación Nacional de Empleados de la Rama Judicial (Asonal Judicial), siendo su primer presidente, adelantando una campaña encomiable en defensa de los intereses de los trabajadores de la justicia en Colombia. Era marxista – leninista, por cuanto no solamente teorizaba sino que practicaba.
Fue miembro del comité central del Partido Comunista Colombiano, gran impulsor del nacimiento de la Unión Patriótica, pasando a la historia como su candidato presidencial para las elecciones de 1986, logrando 328.752 votos, cifra récord para la izquierda colombiana en su momento.
Denunció sin miedo la alianza de la clase política con el narcotráfico y el paramilitarismo. En una reunión con generales de la república tuvo el valor para denunciar que ellos estaban tras de su asesinato y al parecer dio nombres propios.
Pardo Leal era una persona extremadamente sencilla, alegre y optimista, miraba el futuro con donaire. “Mi muerte será dialéctica”, sostuvo en cierta oportunidad. Había nacido el 26 de marzo de 1941 en el municipio de Ubaque (Cundinamarca).
Recorrió el país levantando las banderas del Partido Comunista y de la Unión Patriótica. El Tolima lo recuerda con nostalgia y eterna gratitud por cuanto su lucha no fue en vano, sus ideas brillantes, socialistas, hoy más que nunca brillan sin mancha en el firmamento de Colombia incluso, están en la mesa de conversación de la Habana (Cuba), pues sus ideas y sueños se están materializando, indudablemente.
Al recordar su memoria, sus luchas y sus vigilias, condenamos una vez más su execrable crimen, el abominable genocidio contra el Partido Comunista y la Unión Patriótica. Al recordarlo, recordamos a los 5 mil militantes villanamente asesinados bajo el imperio del terrorismo de Estado con el aval directo de los Estados Unidos. Jaime Pardo Leal, vive, no ha muerto. ¡Honor y Gloria!
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