FARC preocupada por situación de las víctimas y comunidades rurales
“Con el argumento vano de que ‘nada está acordado hasta que todo esté acordado’, en vez de mejorar, la situación social empeora para la gente de aquellas áreas sometidas a la represión o al olvido”.
La delegación de la guerrilla colombiana que participa en las conversaciones de paz con el Gobierno lamentó este martes 2 de junio la represión contra las comunidades rurales, y teme al incumplimiento respecto al tema de las víctimas del conflicto.
En 2013 fue suscrito un documento denominado «Hacia un nuevo campo colombiano: Reforma Rural Integral» que tiene como único beneficiario a las comunidades campesinas, indígenas, afrodescendientes, o de composición interétnica e intercultural que son las más relegadas del país.
Sin embargo, luego de dos años con el argumento vano de que «nada está acordado hasta que todo esté acordado», en vez de mejorar, la situación social empeora para la gente de aquellas áreas sometidas a la represión o al olvido, subrayó la miembro de la delegación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -Ejército del Pueblo (FARC-EP) Mireya Andrade.
Al contrario, lo que sí avanza vertiginosamente son las iniciativas neoliberales de extranjerización de la tierra, de crecimiento del latifundio y entrega a las transnacionales, dijo.
El impulso a la creación de las llamadas Zonas de Interés de Desarrollo Rural, Económico y Social con el fin de aniquilar las Unidades Agrícolas Familiares y concretar el desalojo del campo, sigue su marcha en total oposición a las exigencias de las organizaciones agrarias y a lo pactado en La Habana, prosigue el texto.
Así son los contrasentidos de la política de paz del Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, y quizás ello explique la dilación en la materialización del acuerdo sobre Víctimas, señaló Andrade.
Precisamente en este mes se cumple un año de haberse iniciado el análisis de tal temática de la Agenda, con la suscripción de la «Declaración de principios para la discusión del quinto punto de la agenda: Víctimas».
Y aunque las FARC-EP ya pusieron todas sus propuestas y las de las comunidades sobre la mesa, aún no hay ninguna respuesta de solución por parte del Gobierno.
A nuestro modo de ver, ya es tiempo suficiente para que haya humo blanco o al menos se produzca un nuevo informe conjunto sobre el estado de los debates, señalando avances y dificultades, para que la opinión nacional participe y brinde alternativas a estos problemas que son de interés nacional, manifestó Andrade.
A pesar de todo, tenemos esperanza en que alguna noticia que dé satisfacciones a Colombia y en especial a las víctimas del conflicto, se produzca antes de que cierre este ciclo ampliado de conversaciones, puntualizó Andrade.
Si es cierto y no un argumento de palabras huecas, aquello de que «resarcir a las víctimas está en el centro del acuerdo«, este compromiso debe hacerse realidad ya mismo.
Si es cierto eso de que el haber colocado a las víctimas en el centro del diálogo es un caso único, digno de admiración en la historia del derecho internacional y de los distintos procesos de conversaciones para la finalización de conflictos armados habidos hasta ahora, es momento de dejar atrás la retórica y comenzar a actuar.
Lo contrario -sentenció Andrade- no sería otra cosa que indolencia y engaño imperdonables.
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