Wichy Nogueras ¿y si no muero nunca?
Presenta Centro Pablo Entre el cuerpo y la luz, poemas y canciones para Wichy, una compilación dedicada a Luis Rogelio Nogueras en sus 70 años. Un acercamiento a Wichy desde el amor, el dolor, la poesía
Madeleine Sautié
madeleine@granma.cu
Este es un libro que demuestra eso que a veces nos cuesta aceptar totalmente cuando decimos que las personas no mueren del todo, si dejan una obra para la posteridad. Sí, porque aunque “suena” bonito, algunos que creen ser más prácticos pueden ponerlo en duda a juzgar por el viaje sin retorno que se emprende con la muerte.
Entre el cuerpo y la luz, poemas y canciones para Wichy es el título al que me refiero, una compilación que reúne en más de 170 páginas textos dedicados al poeta, narrador y guionista de cine Luis Rogelio Nogueras (1944 -1985), quien tempranamente —apenas con 40 años— dejara un vacío en el lugar bien ganado que ya alcanzaba en la literatura cubana revolucionaria.
Luis Rogelio Nogueras, o también Wichy o el Rojo, a quien deben las letras del patio novelas como Y si muero mañana, Nosotros los sobrevivientes y El cuarto círculo —esta última en coautoría con Guillermo Rodríguez Rivera—, es también el creador de una obra poética, al decir de Delfín Prats, “descomunal y la más brillante de su generación” y ha sido considerado por el intelectual Víctor Fowler uno de los diez poetas nuestros que ningún cubano debe darse el lujo de desconocer.
La entrega, que a modo de homenaje por los 70 años que cumpliría Nogueras el próximo 17 de noviembre ve la luz ahora con el sello editorial Realengo del Centro Pablo, resultó de una idea que fraguó a partir de la labor compiladora de los poetas León Estrada y Reynaldo García Blanco, quienes reunieron en este trabajo más de 50 textos cuyo móvil inspirativo es el autor de Cabeza de zanahoria.
Cultor de una poética renovadora y merecedor, entre otros galardones, del Premio Casa por Imitación de la Vida —cuaderno al que un jurado compuesto por el argentino Juan Gelman, el mexicano José Emilio Pacheco, el cubano Fayad Jamís y el peruano Antonio Cisneros le reconocieron “una contribución a la lírica castellana— Wichy, entre sus muchos modos de jugar, no se resigna a la partida definitiva.
Por eso un buen grupo de poetas, entre ellos, Roberto Fernández Retamar, Pablo Armando Fernández, Eliseo Diego, Fayad Jamís, Miguel Barnet y Víctor Casaus, contemporáneos suyos; pero también otros que no lo conocieron sino por medio de su legado, dejan sus sentidos versos en estas páginas para negar con la fuerza de su palabra, el adiós rotundo del Rojo.
En dos partes se divide el volumen: El convite de los amigos agrupa textos dedicados a Wichy, tanto en vida como a propósito de su fallecimiento, mientras que Amar al cisne salvaje recoge aquellos en los que versos del poeta aparecen como epígrafes.
No serían muchos los libros que pudieran reunir un homenaje lírico tan sincero y espontáneo como lo hace este que tiene a su disposición ahora el lector cubano. Ya se sabe del poder de fascinación que conseguían su obra y su personalidad.
Frecuentados serán los encuentros del lector con las distintas facetas de Wichy, de modo que se asomará a estas páginas visto desde el amor, el dolor, la admiración, el recuerdo, la poesía… como una más de sus acostumbradas jugarretas.
Pablo Armando Fernández no le perdonará a la muerte enamorada que se lo haya llevado en la hora de su luz; Retamar se cuestiona si su muerte es real o apócrifa, mientras que la poeta Mabel Díaz Ochoa se preguntará ¿Qué teléfono escuchó su voz en la niebla/y tanto amor terriblemente detenido?
Aquel al que su amigo Rodríguez Rivera le reconoció enorme talento, avasalladora simpatía e inquebrantable lealtad, por lo que no era raro que “sedujera por igual a la poesía, a las mujeres y a los amigos”, renace en la voz de quienes no han querido relegarlo al olvido y nos lo traen vestido de nuevos versos, entre el cuerpo y la luz.
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