Un maratón de música en directo abrió el festival EHZ en Heleta
Euskal Herria Zuzenean arrancó ayer en Heleta con un ambiente festivo como telón de fondo. La música fue la protagonista de la primera jornada, con cantantes de todos los estilos y procedencias que llenaron las campas situadas a los pies del Baigura.
«Hacía años que queríamos conocer el festival y esta buena casualidad en el calendario ha hecho posible que hayamos podido venir. Estoy muy contento porque ha salido supernatural. Fermin (Muguruza) nos llamó y coincidió en el calendario», declaró Manu Chao a Gara. La visita de este cantante de renombre internacional no es más que una muestra del espíritu que se podía vivir ayer en las campas de la pequeña localidad bajonavarra de Heleta en donde, además del gran trabajo de acondicionamiento, se respiraba ese aire «natural» al que hacía referencia el artista.
El ambiente popular y solidario era palpable entre los artistas, los «bestalaris» y los organizadores, que no eran pocos, ya que ayer se reunieron 12 mil personas para disfrutar de la oferta artística y cultural. Los colaboradores también son numerosos; durante estos tres días trabajarán 600 personas para ofrecer 60 espectáculos en las cinco áreas que se han acondicionado para la ocasión.
Cien periodistas acreditados darán fe de las ofertas culturales y las correrías de los visitantes, que empezaron con fuerza; a las ocho de la tarde un joven decidió mostrar su belleza «interna» en el aparcamiento.
El festival dio comienzo con la presentación del documental dirigido por Fermin Muguruza, «Checkpoint rock», que «dibuja un mapa de Palestina a través de la música», tal y como explicó su realizador. Las palabras de uno de los protagonistas del filme refleja el espíritu que se pudo vivir ayer durante el festival y que es la filosofía en la que se sustenta la organización: «El pueblo que canta no morirá». Estas fueron las palabras de Shadi Al-Assi, que hacía referencia a la realidad palestina, pero que también es un reflejo de otros muchos pueblos del mundo, incluido el que acoge el evento.
«Hay que subrayar el hecho de que todo se ha preparado hasta el último detalle. Incluso en la zona de los artistas todo está hecho para que los grupos sientan que forman parte del sentimiento del festival», explicó el cantante irundarra.
La zona reservada a los artistas está organizada en forma circular para que todos formen parte del ambiente. Incluso los cantantes venidos desde el otro lado del océano Atlántico, de África o de Asia pueden aprender las nociones básicas del euskara a través de los carteles con traducciones que los organizadores han situado en la zona de relajación detrás del escenario.
La cantante Safaa Arapiyat, que también protagoniza el documental, estuvo presente durante la presentación del film, que se hizo por primera vez con subtítulos en euskara. Después, acercó a Europa el ritmo del rap palestino con aire femenino. Lo cual, tal y como expresa a través de sus canciones, es una dificultad añadida a la situación en sí ya complicada. La cantante lanzó un mensaje a los euskaldunes para que sigan luchando por sus derechos, tal y como hacen los palestinos.
Tanto ella como Muguruza, participaron en el concierto que ofreció Manu Chao. «Fermin es un hermano, tenemos un show montado de cuando hicimos la gira juntos. También viene gente de Palestina y va a ser muy bonito», declaró Chao. Muguruza también mostró su entusiasmo por esta colaboración que, tal y como explicó, tendrá su pequeña continuación: «Le comenté a Manu si podía venir a EHZ, y luego me propuso que fuese con él al concierto que va a dar en Mataró».
Durante el concierto los «invitados» de Chao, se interpretaron varios de los grandes éxitos de los cantantes. Muguruza cantó los clásicos «Sarri, sarri» y «Dub Manifest». Por su parte, la rapera palestina interpretó uno de los grandes éxitos de Mano Negra, «Sid H’Bibi». «Fue Manu el que tuvo la idea de que cantásemos esas canciones», dijo el cantante y realizador vasco.
Los conciertos de la gran escena comenzaron con la fuerza de la cantante Lila Kekaula del grupo estadounidense The Bellrays. Y finalizaron con los ritmos del rock gitano de los Balcanes de Emir Kusturica.
Zonas para todos los gustos y estilos
La música fue la mayor protagonista de esta primera jornada pero, siguiendo con la filosofía de este año, también se pudieron ver otro tipo de actuaciones. Los más pequeños pudieron disfrutar del ambiente festivo con un teatro de marionetas.
En la escena de los colectivos, tanto las asociaciones como las discográficas independientes ofrecieron información a los interesados. Como todos los años, todo tipo de asociaciones estarán presentes y, especialmente, las asociaciones que militan por los derechos de los homosexuales, ya que el tema de este año es la homofobia. Gehitu de Donostia, la Liga Gay Pride de Biarritz y la asociación Aides de Ipar Euskal Herria transmitirán el mensaje sobre la prevención del VIH y las enfermedades de transmisión sexual durante todo el festival.
En la plaza del pueblo, junto con las txoznas y las actuaciones, las puertas a los diferentes edificios abren las puertas a otros mundos, como el del bar cultural Itsasoa que acoge durante todo el año diferentes acciones y las actuaciones del grupo de teatro Traboules. El frontón municipal, fue el «cine» en donde se pudieron ver el documental «Checkpoint rock» y la película de Oreka Tx «Nomadak TX».
Pensando en el futuro
«Es estupendo que el comienzo del festival haya sido una película esto abre una nueva faceta al evento, incluso el año que viene se podrá organizar otro tipo de expresiones artísticas» declaró Muguruza. El futuro del festival serán las experiencias y las actuaciones que se vivirán durante estos tres días en Heleta. El día empezó tranquilo, pero para las 12 del mediodía ya había 14 tiendas de campaña en la zona de acampada. Cuando a las dos de la tarde se abrieron las puertas, el ambiente no hizo más que aumentar durante el día.
Todo empezó con las colas para comprar los «ttanttos» que mostraron las ganas de los «bestazales» por participar en la fiesta.
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