Gonzalo Jiménez de Quesada, creador del “alma” colombiana
Por Alberto Pinzón Sánchez
Gonzalo Jiménez de Quesada, el conquistador español de la actual Colombia, es un miembro de una antigua familia de judíos conversos o “marranos” asentada en la morisca Córdoba, dedicada desde antaño a la fabricación de paños y textiles y que, por diversas actividades fraudulentas en los negocios y uso de tintes falsificados, ha sido expropiada por las autoridades de la ciudad, al haber perdido el pleito que él como letrado en leyes adelantó en defensa de su familia.
En la ruina, se embarca junto con sus dos hermanos para el Nuevo Mundo en busca de fortuna. Su madre y sus hermanas con síntomas objetivos de padecer la enfermedad de Hansen o lepra, se quedan en Andalucía.
El 5 de abril de 1536, una expedición de 600 hombres de a pie y 70 de a caballo, dirigida por el licenciado Jiménez de Quesada, sale del puerto colombiano de Santa Marta para remontar el río Magdalena rumbo al interior del país, y tras múltiples azares llega seis meses después, con tan solo 170 hombres y 70 jamelgos, a las cercanías de la actual Barrancabermeja, a un sitio que bautiza “la Tora” en honor a sus ancestros judíos, que ahora oculta.
Descansa y tras reconocer el terreno, remonta el río Opón en busca de la Cordillera Andina, en donde, se ha enterado, vive una numerosa población indígena vestida y alimentada, que utiliza sal en sus comidas y se adorna con figuras de oro y esmeraldas extraídas de la tierra. El 9 de marzo del año siguiente (1537) ya está en la provincia de Vélez, en donde les saquea violentamente a los nativos de ese feraz valle el oro fino que al fundirlo pesa 97 pesos más 4 tomines.
Por el camino va dejando asentamientos de sus soldados rezagados o enfermos (uno de ellos con lepra y de apellido Zárate se queda a vivir en Vélez) y un año después de su salida de Santa Marta, el 21 de abril de 1537, llega a la actual sabana de Bogotá que denomina el valle de los Alcázares. Mira hacia los cerros orientales y asocia el paisaje con el de la serranía andaluza de Granada.
Ordena construir 12 bohíos en nombre de las 12 tribus de Israel, y esa noche anota en “el cuaderno de jornada”, el ingreso de 4.619 pesos de oro fino y 527 esmeraldas obtenidos en “la Nueva Granada”, que desde ese día tendrá dueño y administrador reales.
Después de varias “guazábaras” sangrientas para los indígenas, el cacique de esa región llamado Bacatá el viejo, o Tizquesusa, trata de esconderse en los pequeños montes que bordean los campos de Chía. Encontrado pero confundida su jerarquía es acuchillado, y con él se va la información de los supuestos tesoros en oro fino y esmeraldas que previamente y mediante un acto legal escrito, Jiménez de Quesada ha declarado propiedad de su majestad el rey de España. Tan solo ingresan a la caja del botín 600 pesos de oro fino y 145 esmeraldas. Hay que buscar más y encontrar.
Envía expediciones sangrientas hacia Tunja, Sogamoso y Duitama, que en octubre regresan a los ranchos de los Alcázares de Bacatá con 185.536 pesos de oro fino, 29.806 pesos de oro bajo y 836 esmeraldas. Mientras tanto, su hermano Hernán Pérez de Quesada sale a depredar en los valles del alto Magdalena, a través del territorio de los panches, para regresar en febrero de 1538 con 4.150 pesos de oro fino, 316 pesos de oro bajo y 28 esmeraldas, que se ingresan en “el cuaderno de la jornada”.
Dos años después del inicio de la expedición, el 15 de junio de 1538, se escribe en Bogotá o Bacatá uno de los documentos más patéticos y esclarecedores de lo que fue la empresa capitalista de la colonización española en la actual Colombia con su relación de producción básica: el saqueo. Documento rescatado para la Historia por el gran historiador Juan Friede en su libro “Gonzalo Jiménez de Quesada a través de documentos históricos. Estudio biográfico”. Biblioteca de Historia Nacional volumen xcv. Bogotá 1960. Documento nº 12 Págs. 136 y ss, titulado: reparto del botín.
Se reparten según las estrictas leyes dictadas por la Corona: 191.259 pesos de oro fino, 37.288 pesos de oro bajo, 18.390 pesos de “chafalonía” (oro mezclado) y 1.818 esmeraldas. Descontado el quinto para el rey, quedan 289 partes, de las cuales a Jiménez de Quesada le corresponden 9. A los 179 hombres presentes, de a pie o de a caballo, les corresponde una parte a cada uno, consistente en 510 pesos de oro fino, 57 pesos de oro bajo y 5 esmeraldas. No queda chafalonía para repartir.
Pero la codicia continúa corroyendo el alma del converso (marrano) saqueador: En noviembre de ese 1538 se le instaura un pleito penal a Sajipa, el sobrino sucesor del cacicazgo de Bacatá el viejo (Tizquesusa), porque adeuda al rey soberano de España la suma de diez millones de pesos oro y diez mil esmeraldas, que se hallan escondidos en el tesoro que no quiso entregar su tío materno al abogado Jiménez de Quesada y que debe devolver so pena de “tormento recio”.
Se le secuestra en un rancho y se utilizan todos los medios de presión para que entregue el tesoro de su tío. Sajipa no entrega nada, y entonces el marrano salteador, licenciado en leyes españolas, condena en un acto formal al cacique de los chibchas “a tormento de cuerda porque por aquí no hay otro”.
Es simple: se amarra al secuestrado por las manos atrás y se va subiendo lentamente por una viga, sin producirle la muerte o de lo contrario se pierde la información del tesoro.
Tras varios meses de tortura continua y los brazos descoyuntados, Sajipa acepta saber de un sitio donde hay un posible entierro. En un acto que recuerda la noche septembrina de Santander en 1826, el converso leguleyo sabe que su presencia formaliza lo actuado y se cuida de no asistir. Manda comisionados de confianza o interpuestas personas, que van con el cacique, excavan y no hallan nada. Ya es febrero de 1539.
Los comisionados Juan de San Martín y Juan de Céspedes aplican a Sajipa más torturas. Cortan las plantas de los pies. Tampoco hallan nada. Calientan herraduras al rojo vivo y las aplican en las plantas sangrantes. Sajipa, alucinando y moribundo, es trasportado al real y muere tras un mes de delirios. Es el inicio de la Nueva Granada.
El licenciado Jiménez de Quesada debe viajar a España a enfrentar ante la Justicia real varios pleitos, por los cuales incluso estuvo brevemente en prisión: estafas a sus compañeros, y principalmente el robo en complicidad con su hermano de 12 mil pesos de oro al tesoro de la Corona. Debe también acallar los rumores sobre el secuestro, torturas y muerte de Sajipa. Habilidoso, disuelve todos los cargos con gran elocuencia, pericia procedimental y sobre todo con oro fino.
Juan Friede escribe tras 421 años de silencio “formal” sobre el proceso de la muerte del cacique Sajipa: “poco después, este proceso fue calificado de ficticio por el fiscal de la Corona española”. Siglos después, otros literatos escribirán que en Colombia la realidad supera la ficción.
Así, con la realidad negada con oro de manera legal, nuestro primer gobernante, el abogado regidor de Bogotá. Mariscal y Adelantado de la Nueva Granada. Encomendero de hecho, perpetuo y por dos vidas, sin linderos, ni número de los indios de Fontibón, Sogamoso y Guatavita. Repartidor de indios a sus compañeros de armas. Fundador de la “nación” colombiana, quien convirtió en supremo principio de su gobierno la consigna leguleya de “pleito que no gano lo enredo para siempre”, pudo continuar intrigando y pleiteando desde su encomienda de Mariquita hasta morir lentamente en 1579 a los 70 años de vejez y de lepra benigna, pero dejando instaurado como herencia perdurable en Colombia: la enfermedad de la lepra y el leguleyismo, amén del secuestro, las torturas y la extorsión “oficiales” e impunes.
La principal avenida de Bogotá hoy ostenta su nombre, y en su inicio como recordatorio o ejemplo perpetuo exhibe la estatua del licenciado de cuerpo entero, armada con su espada jurídica, justo a la entrada de una de las más importantes universidades colombianas.
Última revisión 15.11.2009
Se deben disolver esos personajes de la historia de la patria grande.
herencia directa son los santos los lopez los uribe velez los lloreda caicedo etc etc. familias herederas de estos prohombres y adueñadas del del pais
Es avergonzante saber que estos datos tan bochornosos y para nada «aelantados» siguen en el oscuridad y la más pertinaz impunidad. y para colmo esta es la «historia» que se sigue impartiendo en los «centros educativos» de todo el país. Parece una maldición, pero estamos como condenados a que siempre unos «marranos» nos invadan, sobornen, mientan y ultrajen como si nada, como si fuéramos conejos de laboratorio de todo aquel «adelantado» que está varado………
Me enorgullese saber y leer toda la historia de nuestros antepasados, que dieron identidad,cultura y sobre todo el idioma mas idioma del mundo EL ESPANOL, que es el idioma culto salido de la noblesa de los castillos y principados de ESPANA, QUE NOS CARCTERIZA COMO PERSONAS UNICAS EN EL MUNDO. Tenemos que prepararnos en el estudio que trae la historia que es de conquista y se repite en espiral a traves de los tiempos.
q voletas estas locas
Ahora entiendo esa violencia y ese afan del enriquecimiento por las vias ilegales y ahora entiendo porque los que tienen mucho dinero de donde lo han sacado ahora lo llaman corrupción y falsos positivos.