Cuba

Agresividad hasta en los detalles

Gladys Rodríguez Ferrero, prestigiosa investigadora de la vida y obra del escritor norteamericano Ernest Hemingway, asegura que con las grandes
afectaciones del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, coexisten pequeñas acciones no menos reveladoras

por Iliana Hautrive
27 de octubre de 2006

Lleva más de un cuarto de siglo estudiando la vida y obra de Hemingway; difundiendo el tesoro que Cuba guarda, único en el mundo, de los 21 años que el célebre escritor norteamericano vivió en la Isla, en conferencias, en la organización de eventos académicos, en la restauración de documentos.

Gladys Rodríguez Ferrero, especialista en Museología del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural y presidenta de la Cátedra Hemingway, del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, vio frustrados sus empeños recientemente, al no poder realizar la cuarta sesión de la Cátedra, prevista para la segunda quincena de mayo último, por la imposibilidad de que viajaran a La Habana norteamericanos interesados en el tema.

"Desde noviembre del año 2002 realizamos este tipo de encuentro, apreciado por especialistas de Estados Unidos. De un buen número de asistentes de diversos estados de esa nación en la primera edición, la participación fue descendiendo, dadas las limitaciones impuestas por el bloqueo al intercambio académico, y ya en esta oportunidad, fue imposible realizar la sesión, no obstante los esfuerzos y coordinaciones realizadas".

Con 63 años y unos deseos tremendos de continuar su labor, Gladys disfruta la consagración de cada momento dedicado "a encontrarnos con Ernesto, un puente entre la cultura de nuestros dos pueblos".

¿Cómo evolucionaron los acontecimientos?

"Los e-mail que recibí de amigos norteamericanos alrededor de febrero referían que continuaban la búsqueda de vías para poder viajar; en abril me precisaban que cada vez son más pequeños los espacios en los que su gobierno autoriza licencia para venir a Cuba; en junio supe que estaban haciendo inspecciones gubernamentales a las agencias de viaje donde pudieran haber indicios de algunas de esas operaciones.

"En ocasiones anteriores, muchos habían venido con licencias por misiones humanitarias y religiosas otorgadas por el Departamento del Tesoro, pues sólo se les permite viajar a Cuba a determinados especialistas, quienes por lo general se agrupan teniendo en cuenta que individualmente se les hace
mucho más engorroso. Este 1 de septiembre confirmamos que todo estaba perdido para nuestra cuarta sesión académica".

Gladys es una personalidad reconocida internacionalmente en el estudio del autor de El Viejo y el Mar.

Entre 1988 y el 2002 fue miembro de la Sociedad Hemingway, de Estados Unidos, por lo cual debía pagar una cuota de inscripción en efectivo, trámite tan complicado de materializar, que la obligó a prescindir de esa función.

¿Ha tenido dificultades para viajar a los Estados Unidos?

"Nunca me han negado la visa, pero hay sutilezas. En 1999 me invitaron a una reunión internacional en la biblioteca John F. Kennedy, en Boston, y tres meses después a Oak Park, en Illinois, donde nació Hemingway, para participar en la inauguración de su casa natal. También dictaría una conferencia en la secundaria donde él estudió.

"Mi visa estaba lista, pero fue retenida, y de cuatro días de evento, sólo pude participar en dos. Aterricé en Chicago a las 12 y 30 de la noche, y en el trayecto de aproximadamente una hora hacia Oak Park, fue sorprendente que aquel taxista desconocido, cuando le dije que yo era cubana y que vivía en La Habana, me respondiera que él estaba con mi pueblo y me preguntara por Fidel. A mediodía pude impartir la conferencia".

Todo lo referido a Hemingway le interesa y le apasiona, desde las posiciones que adoptaba para escribir, hasta el cumplimiento de los acuerdos firmados por el Social Science Research Council, de Estados Unidos, y el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, del Ministerio de Cultura de Cuba, en noviembre del 2002, para la restauración y conservación de todos los documentos del afamado escritor; el rescate de la Finca Vigía, hoy Museo Ernest Hemingway, y del yate El Pilar, proyecto del cual funge como coordinadora entre ambos países.

"No se permite destinar ningún financiamiento para la restauración de la edificación del museo, porque se considera que constituye una atracción turística y sus ingresos van a parar al Gobierno de Castro. Cualquier equipo que se utilice en Cuba, es imprescindible retornarlo a Estados Unidos; no obstante, recientemente, algunos de estos medios, específicamente, pluviómetro y data logger, que debían ser devueltos antes del 31 de agosto, se autorizó su permanencia en el país hasta febrero del próximo año, por las gestiones que hicieron los especialistas norteamericanos.

"A una de nuestras compañeras que labora en estampas y documentos, quien debía cursar un entrenamiento en Estados Unidos, le negaron la visa; lógicamente, eso va en detrimento del perfeccionamiento de su labor".

De persona no grata a miembro honorario

Gladys sufre porque una noble tarea, como la de vincular la cultura de dos pueblos, se vea lastrada por férreas restricciones políticas. Experiencias vividas nunca podrán ser olvidadas, y está convencida de que tendrá que sortear muchas dificultades más.

"¿Puedes creer que en 1993, en ocasión de llegar a Cayo Hueso para impartir una conferencia en el Hemingway Days Festival, José Bacardí me declaró persona no grata en la localidad? Dijo que yo era como un ministro de Hitler en un encuentro subvencionado por judíos, y eso lo publicó el periódico The Keys West Citizen.

"La organización terrorista Alpha 66 me amenazó: los organizadores del evento tuvieron que situarme dos guardaespaldas, pero cumplí mi cometido. No pude visitar el Club San Carlos, sitio de tradición de nuestras luchas independentistas, porque lo dirigía Jorge Mas Canosa, entonces presidente de la Fundación Cubano-Americana, y me prohibieron la entrada.

"En otra ocasión, en Houston, el agente que revisó mis documentos, al conocer de dónde procedía, encerró en un círculo rojo la palabra Cuba, y estuve retenida 40 minutos en la oficina de inmigración. Todavía estoy pensando en esa insensatez.

"Además, conozco por un amigo norteamericano que al equipo de sóftbol de la escuela donde Hemingway estudió, que visitó Cuba en años anteriores, no lo dejaron viajar recientemente. Cualquier persona honesta en el mundo se preguntaría qué de peligroso tienen esos intercambios".

En junio de este año, en la ciudad de Ronda, España, la Fundación Hemingway, de Estados Unidos, efectuó su 12 reunión internacional, y dio a conocer que concedía la condición de miembro honorario a Gladys. "Cuba fue el único país del Tercer Mundo que estuvo representado, junto con Canadá, España, Francia, Italia, Reino Unido, Portugal, Bulgaria, Japón, China, Israel, India y los Estados Unidos".

Las sesiones académicas realizadas por la Cátedra involucran necesariamente al Museo Ernest Hemingway, que es uno de los miembros colectivos, al igual que otros lugares emblemáticos relacionados con la figura del escritor, como es el caso del hotel Ambos Mundos, y los restaurantes Floridita y La Bodeguita del Medio, en la capital. En Finca Vigía, donde organizan cada dos años, desde 1995, el coloquio internacional Hemingway, tampoco han estado exentos de dificultades para la participación de delegados norteamericanos.

Similares contratiempos padecen otros encuentros organizados por diversas entidades cubanas, a los que se limita la asistencia de especialistas residentes en los Estados Unidos por las cláusulas que impone el bloqueo. En el buró de convenciones de la República de Cuba, entidad coordinadora de esta modalidad de turismo de eventos en la Isla, sobran los ejemplos, que se extienden a esferas tan importantes como la Salud Pública y la Educación; aun así el número de personas incluidas en este tipo de turismo de creció de 20.560 en el año 2003, a 35.208 en el 2005.

Parafraseando al profesor Calviño, vale la pena siempre tener presente la agresividad de una política que aflora hasta en los más pequeños detalles.