Una de las
cosas que siempre me ha parecido atractiva de estos panas, es la forma
en la que administran su compromiso, pues a pesar de esgrimirlo y fundamentarlo
en textos (como es el caso de varias de las canciones aquí incluidas,
nacidas después de la lectura de libros para nada insulsos), nunca
llegan a la pedantería y escapan del mesianismo. Así que
esa es una primera premisa, los textos siempre inteligentes que procura
entregarnos el octeto. Y por el lado de la música, la banda ha
crecido enormidades desde aquel Canto popular de la vida y muerte
de 1996. Desorden sigue en su vena de explorar los ritmos que tienen a
la mano en el continente, pero cada vez lo hacen de forma más balanceada
con el rock. Así temas como La Indecisión o Como
Sabroso le hincan el diente al son; África con la leyenda
Neville Staples como invitado en la voz, se hunde totalmente en el reggae,
y Truena Truena hace lo mismo, aunque mezclado con algo de drum&bass.
En Cyber Revolucionario, Fermín Muguruza les paga el favor
que le hicieran para el Brigadistak Sound System añadiendo
su voz, aunque no se crea el corte se va hacia lo electrónico,
se mantiene siempre firme bajo la férula de las ondas cálidas
del trópico. A mi juicio, éste es el mejor trabajo de Desorden
Público, uno de los más musicales en donde incluso las cadencias
tranquilas encuentran lugar (Maldad en tu Corazón, La
Primera Piedra, la última una melodía que, según
ellos, “se les grabó en el subconsciente” tempranamente),
y todas siempre con la personalidad que en el transcurso de los años
ha sabido imprimir la banda como sello.
Por: David Cortez