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¡Gracias, Compay Segundo!
Siempre estará en el corazón del pueblo

Por:
Camilo Raigozo A.

En Siboney, Santiago de Cuba, al oriente de la Isla, el 18 de noviembre de 1907, nació quien fuera más tarde el trovador, el combatiente, el amigo de la sonrisa perenne, el artista que en nombre de su pueblo estremeció afamados escenarios internacionales: Máximo Francisco Repilado Muñoz, conocido en el mundo entero como Compay Segundo.

Inició su carrera a los 12 años (aún vestía pantalones cortos), al fundar un sexteto al que llamó: Los Seis Ases. "Éramos niños de Tivoli, y gustábamos mucho", contó en una entrevista 75 años después. A los 15 años, compró su primer instrumento musical, un clarinete, junto con un método de aprendizaje para su ejecución, el que pagó haciendo tabacos en una empresa casera. En la Banda Juvenil de Santiago de Cuba, pulió su maestría con este instrumento, que luego cambió por los de cuerda; pero como le fue difícil escoger entre el tres y la guitarra, inventó una mezcla de ambos: el armónico, de siete cuerdas.

Compay Segundo, desarrolló una carrera portentosa que brilló con luz propia al lado de Nico Saquito, Sindo Garay, Miguel Matamoros. Trabajó con Benny Moré, cuando éste apenas tenía 13 años; lo vio acariciar las estrellas en el firmamento, merced a esa voz diáfana, limpia como el cristal, que lo ha perpetuado mas allá de su desaparición física. Con el Cuarteto Cubanacan, visitó México y participó en las películas México tierra brava y México lindo y querido. Con Lorenzo Hierrezuela (Compay Primero), como los bautizara un locutor por allá en 1942, formó el dúo Los Compadres y grabaron La mujer de peso y La juma de ayer. Renovó el son cubano con su célebre composición: Chan Chan.

Cuando le llegó una segunda oleada de celebridad, después de sus 90 años, causada por el disco y la película Buena Vista Social Club, la acogió como un regalo extra de la vida, como un azar venturoso que había que aprovechar. Se convirtió repentinamente en el músico más viejo y el más legendario internacionalmente, sin que nunca perdiera la humildad, la modestia, la generosidad, el amor a su pueblo y a su patria, que por ningún motivo pensó en abandonar jamás.

Compay Segundo murió en su casa de la Habana en el amanecer del lunes 14 de julio, a los 95 años de edad, victima de una insuficiencia renal. Una sentida manifestación de duelo popular, se demostró en Santiago de Cuba donde se realizó su sepelio en el panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, cementerio Santa Ifigenia. Miles de personas desfilaron frente al féretro expuesto en el Salón de la Ciudad. hubo muchas ofrendas florales, entre las que se encontraba una especial que decía: "A Compay Segundo, del comandante en jefe Fidel Castro".