La vida de Ariel Qüenza estuvo muy dedicada al folclor llanero revolucionario. Este comunista colombiano realizó su primera grabación en 1997, acerca de la masacre del caserío de Santo Domingo, Arauca, donde la aviación colombiana, dirigida por mercenarios yanquis, asesinó a decenas de campesinos.

Además de dedicarse al folclor, Qüenza también hacía parte del movimiento revolucionario de las FARC y tenía a su cargo tres escuadras de Milicias Bolivarianas. Recibía orientaciones de un superior y orientaba a sus tropas.

A pesar de sus labores dentro del movimiento y de su folclor, él sacaba tiempo para sus dos hijitos y su esposa. El pueblo lo aclamaba, lo estimaba y lo ayudaba porque le tenía mucho cariño.

El camarada Qüenza se destacaba por su personalidad, sus canciones y sus acciones militares en el departamento de Arauca contra el enemigo, porque su sueño era ver a su pueblo en paz y libre de toda violencia, lleno de armonía y alegría.

Su segunda grabación se llamó Por una Nueva Colombia y fue realizada en 1999. Su tercera grabación, del 2001, se llama Movimiento Bolivariano.

El 5 de junio del 2002 se realizaba un operativo por parte del gobierno en el departamento de Arauca. El 8 de junio, su superior lo envió a la vereda Cravo Charo a cumplir un plan ordenado. El día 9, Qüenza y sus tropas hostigaron a una patrulla del ejército que se encontraba en Corocito. Luego se replegaron a sus sitios acordados y allí se quedaron esa noche.

El 10 de junio a la madrugada fueron sorprendidos por dos patrullas del ejército burgués. Allí cayeron cuatro compañeros guerrilleros y entre ellos murió nuestro gran amigo y compositor Ariel Qüenza. Hoy en día tan solo tenemos sus canciones y su enseñanza y, sobre todo, el recuerdo de ese gran amigo del pueblo araucano.