Volver al inicio ZONA DE DISTENSION - Territorio liberado para la música y la revolución!
El Centro de Cultura Proletaria de Río de Janeiro

El Centro de Cultura Proletaria es la reunión de varios grupos e individuos que desde hace algún tiempo trabajan en los movimientos culturales en una perspectiva de transformación radical de la sociedad. Para nosotros, las actividades culturales (música, poesía, teatro, literatura, enseñanza, deportes, etc.), aunque sean realizadas en comunidades que generalmente no tienen acceso a ellas, no deben constituirse en simple entretenimiento, en mera diversión.

A través de la cultura popular, proletaria, alternativa y contracultura (cultura que enfrenta la cultura oficial vigente e impuesta, por ejemplo: capoeira, samba, punk, hip hop, etc.), debemos hacer un trabajo permanente de conscientización de los trabajadores y de todos los explotados y oprimidos por la sociedad capitalista. Se trata, por lo tanto, de un trabajo revolucionario, que contribuye decisivamente a la organización y la lucha del proletariado (desposeídos en el sistema capitalista).

Los trabajadores y los explotados, que no tienen casi ningún acceso a las mínimas necesidades de salud, educación, alimentación, etc.; también se encuentran prácticamente excluidos de la participación en las actividades culturales dominantes en nuestra sociedad, las cuales, como todo en una sociedad capitalista, cuestan dinero para poder ser "consumidas" o producidas. La mayoría de las personas casi nunca puede ir a un teatro, raras veces puede asistir a una película de cine o a espectáculos musicales, no tiene condiciones para adquirir libros, etc. En una sociedad en la que domina el poder del dinero, quien no lo tiene no puede hacer uso de la cultura producida por ella, pero tampoco se puede capacitar para ser un agente de producción cultural. Para hacer música, se necesitan instrumentos, equipos, etc. Para publicar libros, es preciso tener condiciones de impresión y distribución. Para hacer cine y video, son necesarios equipos nada baratos. Y así sucesivamente. Esos medios de producción cultural, así como todos los otros medios de producción, están en nuestra sociedad concentrados en las manos de quienes tienen el dinero y el poder del capital, y cobran muy caro por su utilización, además, por ser los dueños, pueden determinar lo que debe y lo que no debe ser escrito, compuesto, filmado, etc.

Pero, a pesar de todo eso, vemos cómo en prácticamente todo lugar donde se concentran trabajadores, en las comunidades, etc.; el pueblo explotado encuentra sus propias formas de producción e intercambio cultural. ¿Cuál es la comunidad, por más pobre que sea, que no tiene sus poetas, sus escritores, sus músicos, sus capoeiristas, sus artesanos, sus educadores, sus pintores o escultores? Son artistas anónimos, que no ganan espacio en los grandes medios de comunicación, casi nunca ganan dinero con su actividad cultural o, cuando ganan algo, no es suficiente para garantizar su supervivencia. Ejercen sus talentos con las mayores dificultades, improvisando materiales y recursos, generalmente conseguidos en la propia comunidad donde viven. No obstante, son ellos, junto a la comunidad que los acoge, quienes mantienen viva la cultura popular, que sobrevive al margen y a pesar de la cultura oficial dominada por el poder del dinero.

La simple existencia de esta cultura proletaria significa que los trabajadores y explotados, también en este terreno cultural, resisten y no se entregan al poder del capital. Pero, además de esto, al seno de esta cultura alternativa, muchas veces surgen corrientes e individuos que toman consciencia más profunda de la situación en la que viven y pasan a hacer de su actividad cultural no sólo el ejercicio y el intercambio de sus creatividades, sino también un medio de hacer que esta consciencia penetre en la vida de otros trabajadores. Así, la cultura popular, además de proletaria y alternativa, se vuelve también revolucionaria.

Desde hace mucho tiempo, vemos cómo las clases explotadas, al lado de sus movimientos políticos y sociales, construyen también sus movimientos culturales de resistencia y lucha contra los explotadores. En el Brasil los ejemplos son innumerables, desde la cultura de origen africano (candomblés, capoeira, etc.) que acompañó las luchas de los esclavos, hasta los movimientos más recientes y urbanos que procuran, principalmente desde los años sesenta, sumarse a la lucha de los trabajadores explotados por el capital.

No dudamos que hoy, en todo el país, son numerosos los grupos y personas que trabajan la cultura en esta perspectiva revolucionaria, pero la gran mayoría permanece aislada. En Río de Janeiro, algunos de estos grupos pudieron entrar en contacto y así nació el CCP. Nuestro movimiento está en construcción, y aún hay mucho por discutir y experimentar, pero ya tenemos claro que además de aglutinar a quienes, aisladamente y cada uno a su manera, trabajan la cultura en esta perspectiva de revolución, el CCP debe tener la capacidad de convertir la cultura popular y alternativa, que es hecha por los mismos trabajadores independientemente de los capitalistas de la cultura, una cultura realmente revolucionaria que contribuya en la construcción del movimiento de todos los oprimidos y explotados, que derroque el poder de los capitalistas y construya una nueva sociedad, libre, igualitaria y sin clases.

A quien trabaja en la cultura alternativa, sea a través de la música popular brasileña, del samba, del rock, del rap, del hardcore, del reggae, de la literatura, del cordel, de la capoeira, de la danza afro, de la enseñanza, de la artesanía, del dibujo o de cualquier otra forma; o si aún no encuentra condiciones para hacer esto pero se interesa por nuestras propuestas, lo invitamos para venir a conversar, conocernos, ver nuestro trabajo, participar de nuestras actividades y contribuir en la construcción de este movimiento.

Estos son los principios aglutinadores comunes entre las personas y grupos que hacen parte del CCP:

1) El CCP lucha por el fin de la sociedad capitalista, contra el dominio del mercado y del dinero sobre la vida de las personas, contra la división de la sociedad en clases sociales, contra la propiedad privada de los medios de producción (casas no habitacionales y lotes, máquinas, industrias, tierras);

2) El CCP lucha por el fin del Estado, entendido como un instrumento de opresión de la clase dominante sobre todos los explotados, un instrumento concentrado de poder separado y encima del conjunto de la sociedad;

3) La lucha contra toda forma de opresión, venga de donde viniere, hace parte de los principios del CCP; lucha esta contra todo tipo de prejuicio y discriminación étnica, política, religiosa, sexual, cultural, nacional, racial; enfatizando la afirmación de las diferencias con igualdad social y de género como condición de la plena emancipación humana y la solidaridad internacional de los pueblos; lucha también contra la opresión entre los sexos, contra el sexismo y contra la homofobia;

4) El CCP lucha contra la explotación mercantil predatoria de la naturaleza y del ser humano que lleva a la degradación ambiental, a la destrucción irreversible de los recursos naturales y a la contaminación del planeta y del cuerpo humano por los desechos de la sociedad industrial capitalista;

5) El CCP participa en la lucha por una nueva sociedad mundial, libre, igualitaria y sin clases sociales, donde los medios de producción sean patrimonio colectivo y la igualdad social condición para la libertad y el pleno desarrollo individual;

6) El CCP lucha por la autodeterminación y autogestión de la sociedad, por la autoorganización del pueblo en todos los aspectos de la vida social (económico, educacional, cultural, autodefensa, etc.) como alternativa al sistema burocrático-estatal y mercantil.

7) El CCP lucha por el fin del sistema internacional de estados nacionales, por la autodeterminación y la cooperación de todos los pueblos en la construcción de una humanidad renovada, igualitaria y diversa;

8) El CCP defiende la organización autónoma y la lucha de clase independiente y directa del pueblo explotado como el medio fundamental y básico para la transformación social revolucionaria. Combate la burocratización en los movimientos populares y su vinculación al Estado, a los partidos institucionalizados y al capital;

9) El CCP entiende que el Parlamento y el juego electoral burgués son partes del aparato opresivo del Estado. Lucha contra las ilusiones electorales e institucionalistas y para que el pueblo pobre y explotado confíe solamente en su propia fuerza organizada;

10) El CCP cuida de que estos principios y los valores de la nueva sociedad por la cual luchamos estén presentes desde hoy al interior y en la práctica de los movimientos populares de liberación. Defendemos una organización popular basada en la igualdad y en la solidaridad, donde todos participen como militantes y tengan pleno derecho de opinión y participación en las decisiones. Defendemos que las coordinaciones y otros órganos elegidos en procesos libres sean rotativos y que ninguno de sus miembros tenga ningún tipo de privilegio, solamente más tareas;

11) La participación en el CCP es voluntaria y libre. La relación de los participantes es horizontal y sin jerarquías y no existen cargos preestablecidos, y tiene como única condición la aceptación de sus principios y la acción coherente con estos principios. Las tareas en el CCP y las responsabilidades individuales son definidas colectivamente, en reuniones de las cuales todos los miembros del CCP tengan conocimiento y puedan participar;

12) De todo lo dicho, se entiende que el CCP participa en la lucha por el socialismo, sin embargo, el CCP no se define como marxista o anarquista, libertario o comunista, no porque no comprendamos la importancia y el valor de las ideologías, de las teorías y de las ciencias del proletariado, sino porque el CCP pretende ser un espacio de cooperación de todos los revolucionarios que entienden la importancia de la lucha cultural en el proceso revolucionario y comparten un conjunto de principios, prácticas y objetivos. El CCP no quiere ni se propone sustituir o competir con los diversos colectivos organizados comunistas, anarquistas, revolucionarios en general; por el contrario, por entender la importancia de estos colectivos, comprendemos que el CCP crecerá y ampliará su actividad en la medida en que cuente con la participación de éstos, junto con los militantes individuales que, así no estén integrados en ningún otro colectivo, participen del CCP.