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Los nuevos rumbos del hip hop chileno
Nacido hace ya unos 25 años, este estilo de versos improvisados sobre discos viejos es sin duda uno de los más vitales de la música popular.

Con algunos exponentes en Chile activos durante años, la escena local se está viendo enriquecida con los debuts discográficos de tres nuevas bandas. Aquí hablan de sus historias, sus barrios, su visión de las cosas y de su música.


La fecha es imprecisa, pero se puede calcular que la música hip hop nació
hace unos 25 años en el Bronx neoyorquino con los experimentos en las tornamesas de un DJ proveniente de Jamaica conocido como Kool Herc. La historia del hip hop grabado empezó en 1979 con el exitoso single Rapper's Delight, del grupo The Sugarhill Gang. Pero el hip hop no es sólo discos. Es, antes que nada, la calle y los personajes que la habitan.

El hip hop puede ser festivo, como en sus inicios, o crítico, como en el caso de Public Enemy, grupo estadounidense que en la segunda mitad de los 80 y principios de los 90 hizo de sus canciones una incisiva arma de crítica social enfundada en un sonido duro y denso, producto del avance de las tecnologías de sonido y de la irrupción de instrumentos digitales como el sampler. Casi junto con Public Enemy, el hip hop de la ciudad de Los Angeles daba cuenta de la enrarecida atmósfera de los ghettos de esa ciudad, consumidos por la discriminación, las armas y las drogas, desde un punto de vista estremecedoramente directo, al punto de recibir muchas críticas por lo que se entendió como apología de la violencia y machismo exacerbado.

En 1988, la banda De Kiruza grabó el primer rap chileno, la canción Algo Está Pasando. Su vocalista, Pedro Foncea, apadrinó en sus inicios al grupo Panteras Negras, que durante más de una década ha permanecido como vocero de las poblaciones santiaguinas. También activa durante gran parte de los 90 se ha mantenido La Pozze Latina, que reivindica la dignidad del tercer mundo. Casi está demás consignar que el éxito de Tiro de Gracia entre 1997 y 1988 con su álbum Ser Humano!! aumentó considerablemente el consumo de la música hip hop a nivel local.

Este es hoy por hoy uno de los pocos estilos en el espectro rock-pop que mantiene la capacidad de provocación, de rebeldía y de autenticidad ausente en gran parte de la música actual. Mientras en distintos rincones de las ciudades chilenas se forman grupos y clanes o pozzes en torno al culto del hip hop, tres bandas debutaron o debutarán este año en el mercado discográfico nacional. Estas son sus historias.

REZONANCIA EN LAS ESQUINAS

Vecinos y amigos de la comuna de Pedro Aguirre Cerda (quizás una de la más fructíferas en cultura hip hop), Rezonancia da que hablar aún dentro del género mismo por la crudeza de sus letras y no transar su postura. No por nada el sello Sony Music incluyó un aviso en la carátula de su álbum debut, Zorprezaun, advirtiendo de su espinudo contenido a las almas de moral sensible.

X-Ramírez (bases), DJ Tripio (tornamesas), Roberto (percusiones), Sombra y Don Margi (voces), comparten no sólo el barrio. Varios de ellos se conocieron casi saliendo del cascarón en la segunda mitad de los 80, integrando bandas como Ataque Subversivo, Sin Reversa o Chile Raka.

Ahora la consagración es definitiva al menos en el sector, pues siendo uno de los precursores del estilo en aquellos años provocaron finalmente "una resonancia", afirman, y así lo muestran los graffitis que junto al nombre de otros próceres marcan la avenida Clotario Blest y otras murallas menos expuestas.

Una frase de X-Ramírez grafica la unión de la banda con su entorno: "En el hip hop no existe el hola, sino que siempre es un 'chao y mañana nos vemos'". O sea, al otro día serán los mismos personajes de su propia historia urbana, que ya ni siquiera necesitan saludarse, esos que "hacen monedas" en una esquina para un par de cervezas.

Su single La Vida No Es Recta será apoyado por un video filmado por supuesto en la comuna. De qué otra manera podría ser: "el Hip Hop se aprende de vivencias. Mientras más marginal es el barrio, el rap adquiere una mayor fuerza".

"Oye, ¿es realmente chilena la cueca?", preguntan ante la consabida crítica sobre las culturas foráneas versus la identidad nacional.

Consideran que el hip hop a estas alturas se ha achilenado lo suficiente y que basta con realizarlo ante un paisaje propio, contando esa realidad honestamente. "Esto es hip hop nacional y ya no hay remedio", concluyen.

SINTONIZA LA FRECUENCIA REBELDE

Se trata de otros ilustres de Pedro Aguirre Cerda, de sus poblaciones Dávila o Villa Sur, y en parte de su comuna vecina, San Miguel. Pero el punto de reunión de alguna forma sigue siendo el mismo en la avenida de Don Clota (ex La Feria).

La Frecuencia Rebelde, que cuenta con un álbum homónimo lanzado en septiembre de este año, tuvo su arranque en el 92 con DJ Raff (compositor y voz) y Crazy Power (voz). Ambos fueron compañeros de colegio y aunque dentro de él nunca se hablaron, el acercamiento se produjo un día en que se encontraron en el metro, "ambos vestíamos una polera de Public Enemy y pensamos 'a este compadre yo lo conozco'",cuenta Raff.

Luego comenzaron a juntarse en el paseo San Agustín (un punto neurálgico del hip hop capitalino) y así vino una primera etapa en que su estilo era más corrosivo, un rap de tipo purista que tocaba los temas clásicos del genero: sexo, política y pobreza entre otros. Por cierto que el barrio era también un motor clave y tocaban en todo evento contestatario de la comuna. No tardaron en grabar un demo que se transformó en un cassette que circuló de mano en mano, con un single llamado "Peor que Animales" y que llegó a radios como Rock & Pop y Universidad de Chile.

El 94 hubo un receso de la banda porque sus integrantes querían terminar el colegio. En el 96, la banda comenzó a reformarse con los miembros fundadores más Jano, Frecuente y Socram en las voces, sin perjuicio de que Raff trabajara también con Tiro de Gracia y Chancho en Piedra.

A estas alturas reconocen que en cualquier parte de Santiago se da la cultura hip hop, incluso en el barrio alto. Señalan que, sin perder la denuncia y el sentido de realidad, se encuentran en una parada más positiva. En vez de destruir quieren construir y mostrar que en el fondo el rap es algo positivo y que hay que erradicar a los raperos delincuentes.

En lo puramente musical, la banda comenzó a fusionar otros estilos. En el disco hay algo de funk y trip hop. "Un misceláneo de música negra", lo definen. Y en definitiva piensan que la cultura hip hop sí tiene una identidad nacional que refleja la realidad del sitio donde es creada.

MAKIZA, EL BARRIO MUNDIAL

Vienen de diferentes sectores, incluyendo Vitacura. Hijos de los becados a la fuerza por Pinochet, cada uno de sus integrantes se acostumbró desde chico a la multiplicidad de influencias y de razas dentro la cultura hip hop, aprendida en varios lugares del globo, incluyendo la madre Africa.

Reunidos en Santiago por el azar en 1997, los miembros de Makiza son Anita Tijoux (voz), quien vivió en Francia, Seo2 (voz), que comenzó a rapear en Suiza, Gastón Gabarró, que llegó desde Canadá, y Dj Squad, que hace algunos años abandonó el continente negro, cansado de ver tanta guerra en países como Burundi. "Vivía en una ciudad psicópata en que todo el mundo se mata y huele a muerte. Acá, pese a los problemas, se valora el ambiente después de haber visto cosas impensables", señala.

Los que vivieron en Europa se acostumbraron a la alianza étnica en los grupos y recibieron influencias de bandas como los galos de NTM antes que de la vertiente americana, que de todas formas siempre estará presente.

El nombre de la banda es una chilenización (más que castellanización) de un término francés que alude a un arbusto que utilizan los guerrilleros para ocultarse de sus enemigos.

De todas maneras, no quieren ser encasillados por venir de afuera. En el fondo, se sienten absolutamente chilenos. "Lo que pasa es que el aporte de los retornados fue muy importante en términos de difusión. En La Florida hay bastante hip hop francés gracias a algunos amigos que trajeron cassettes hace un tiempo", explica Seo2.

Aún se sienten nómades y como buenos ciudadanos del mundo conservan una movilidad que también se traduce en lo netamente musical, al participar con bandas de estilos más alejados a los ritmos negros, como Dj Squad que colabora como músico de apoyo para Pánico. "Es otro aporte y me han enseñado mucho, además de sentirme muy bien con ellos", señala el Dj.

Los restantes han participado con archiconocidos; Anita con Los Tetas y Gastón Gabarró con Tiro de Gracia. Aparte, existe un proyecto que bautizaron como Frente Lírico Combatiente, formado por algunos músicos invitados que participan en su primer álbum. Un primer objetivo es hacer un tour de bandas en el verano y patrocinar a otras, invertir y crear una forma de autogestión. En el fondo, es el hip hop como un fenómeno mundial y un barrio que parece estar en muchas partes, porque para ellos el espíritu es lo que impulsa a rapear en cualquier sitio.