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Rebelión musical: Rubén Blades por internet
Luis Tarrá

Rubén Blades busca que su música se venda por la Internet. A los 55 años de edad, Rubén Blades le ha dado un giro radical a su vida artística, iniciando una autentica rebelión en contra de las casas discográficas, con la puesta en marcha de un singular proyecto de producción y edición de discos por la Internet que ya se desarrolla de manera experimental en el sitio: http://www.rubenblades.com.

El artista panameño es uno de los pesos pesados de la discografía americana por su figuración y ventas, el cual puede catalogarse como una autentica superestrella de la música afroamericana, no solamente por la acogida que ha tenido su producción musical en cuanto a melodías se refiere, sino por los contenidos contestatarios y disfuncionalistas que ha llevado al vinilo y por ende a la memoria colectiva de millones de latinoamericanos, con el relato musicalizado de historias, lances y tragedias que pululan por las barriadas y suburbios de ciudades, desde una cualquiera de las deprimidas del subdesarrollo hasta la conflictiva, plena de luces y estrepitosa Nueva York.

Producto apetecido

Blades, "producto discográfico" apetecido por su impacto en las ventas de ese segmento del mercado durante casi cuatro décadas de fulgurante carrera musical, ha propiciado millonarios ingresos a sellos como Fania, Elektra y Sony-Music.

El músico ostenta un no despreciable currículo artístico de 20 álbumes grabados como solista, más otras quince grabaciones como invitado en producciones discográficas que hacen parte de los clásicos del genero.

A ello hay que agregar, a manera de "ñapa", la consecución de cuatro premios Grammy, la participación como actor en 26 películas, ganador del premio ACE al mejor actor de la industria del cine por cable televisión de los Estados Unidos (Dead Man Out, HBO, 1989), las nominaciones para dos Emmy (Crazy from the Herat y The Josephine Baker Story) y como mejor actor por los Productores de Cine Independiente de Estados Unidos en 1989 por Dead Man Out (con Danny Glover).

El cantante, quien además de cantautor y actor es experto en leyes, ha dicho que su intención es promover y comercializar su producción discográfica a través de su portal.

La iniciativa, en principio comienza con la promoción gratuita de creaciones originales pop-rock hechas por artistas noveles que no han tenido oportunidad de difusión y distribución de sus obras y pueden ser bajadas de la red sin el pago de cargos previos.

Nuevas fórmulas para mercadear la música

Rubén Blades ha abierto la ventana de posibilidades con la modalidad de venta de disco a través de la Internet. Otros de seguro seguirán sus pasos buscando más retribución por su trabajo y mayor difusión. En el país, artistas de la talla de José Antonio Rodríguez, José Duluc, Mariano Lantigua, del grupo Al-Jadaqui; Máximo Martínez, de Tabutek, y Manuel Jiménez, entre otros, apoyan la iniciativa que, según ellos, en un futuro no lejano pondrá en evidencia que el salsero panameño tenía razón cuando se embarcó en esta "aventura".

Para el artista alternativo José Duluc, este tipo de iniciativa (la venta del disco a través de la Internet sin intermediarios), es una muestra de esa revolución que está llegando para beneficio de la clase artística. A su juicio, las disqueras siempre han abusado con el talento del artista, "se quedan con el dinero de uno, hacen firmar un contrato para que uno le dé las canciones y un sinnúmero de cosas más".

Duluc, como representante de una camada de artistas etiquetados como alternativos que no reciben igual apoyo en las emisoras como por las disqueras, habla de que en su caso sólo ha tenido la oportunidad de filmar con dos empresas, por lo que piensa que "los más afectados son los artistas alternativos, eso obliga a uno a hacer algo mejor. El no estar en la radio nos afecta porque el público no nos conoce", asegura, mientras reconoce que esta nueva fórmula que plantea Rubén Blades es una herramienta que permite además que los artistas lleguen a otro público que cada día crece más, el público interactivo.

Para José Antonio Rodríguez, esta solución que plantea Rubén Blades, la cual apoya también, tiene sus riesgos. "El gran riesgo que tiene Rubén es que él deja que tú bajes el disco y luego le pagues, si la persona quiere y lo que quiera", lo que considera Rodríguez como una forma de creer en la gente.

El cantautor criollo confiesa que bajó el disco y que además lo pagó con gusto porque "siento que estoy ayudando a una causa que mañana puede ser una realidad".

Rodríguez se muestra en total acuerdo con el salsero panameño, en el sentido de que las disqueras en un momento dado quizás no son o han sido la mejor solución para distribuir la música pero, señala, que en un mercado tan globalizado como el actual lo que está haciendo el intérprete de Pedro Navaja, es buscar soluciones de manera que el arte no muera y que por demás no deje de llegar a la gente.

Mayor remuneración

Para el líder del grupo Tabutek, Máximo Martínez, esta nueva solución constituye una forma de que los actores principales del negocio, los artistas, tengan una mayor remuneración. "La remuneración será mayor porque el artista se evitará toda esa cadena, desde que sale de la casa disquera hasta que llega a la mano del consumidor, o sea, que para mí es una idea estupenda. La gente ya no está dispuesta a pagar 400 pesos por un CD, que al fin y al cabo no le deja nada al propio artista", señala. No obstante, reconoce que la disquera ha cumplido con una misión de mediadora a través de la cual hay una cadena de distribución muy grande y compleja pero que al fin y al cabo el artista sólo recibe una ínfima cantidad de dinero.

Manuel Jiménez habla de que uno de los negocios más importantes que se puede hacer con la música se desarrolla a través de la Internet, por eso entiende que Rubén Blades comienza lo que podría ser en un futuro muy cercano el modo más expedito para los artistas promover y comercializar música y también para que la gente la pueda adquirir de un modo más fácil, aunque reconoce al igual que los demás artistas entrevistados que faltan unos años para que el cantante logre en definitiva independizarse de las casas disqueras.

Lo negativo del negocio

Para el joven rockero Mariano Lantigua, esta modalidad que ha puesto ante los ojos del mundo Rubén Blades tiene sus pros y sus contras. "Con el invento se rompe el esquema, ya se necesitaba otra modalidad para vender discos, ya sea por Internet o por otro medio". Lantigua refiere que la parte negativa del "invento", es que un artista vive no solamente de la venta de un disco, "además de que no todo el mundo tendrá el monto que se necesita para grabar un disco y meterlo al internet y que todo el mundo lo baje y le mande lo que quieran por un disco". Por eso reitera que quizás la fórmula no sea la más adecuada, pero reconoce que es un punto a favor para que surjan otras alternativas a la hora de mercadear la música.

Propuestas criollas

José Antonio Rodríguez habla de una propuesta que está preparando un grupo de artistas, entre ellos Roldán y Manuel Jiménez.

"Vamos a hacer un trabajo un poco parecido, en realidad se trata de un club en el que la gente podrá inscribirse para recibir mensualmente las producciones personalizadas de un grupo de artistas dominicanos, pero que quizás en un futuro podrá se extendido a otros artistas internacionales que vayan con la misma línea de nosotros", explica Rodríguez. Para pertenecer al club habrá que pagar una suma por medio de tarjeta de crédito, explica mientras especifica que sería una cantidad de personas limitadas, las cuales se comprometerán a pagar un monto anual.

Rodríguez manifiesta que ese disco no estará en la tienda hasta tanto no esté en la mano del socio. "Esto sería sin tener que buscar disqueras, ni distribuidoras y el artista llevará el control", reitera mientras confiesa que el proyecto ya tiene nombre,Retajila y que estará en marcha en los próximos días. De igual manera, Tabutek piensa poner en marcha su propuesta un tanto parecida a la de Rubén Blades, señala Máximo Martínez.

Lo que más preocupa a los artistas es el hecho de que además de que no obtienen la remuneración necesaria por la venta de los discos, éstos no llegan al público como ellos quieren. "Hoy vemos que un disco que puede costar 6 dólares llega a la mano del público en 20 dólares o más, eso es absurdo y cada vez se hace mucho más difícil que autores tengan la salida hacia la gente", considera José Antonio Rodríguez.