Militantes de base del PC iraquí protestan
contra su dirección y pasan a la lucha armada

Stefano Chiarini - Il Manifesto

La ocupación estadounidense de Iraq y la participación en el consejo del gobierno provisorio del secretario del PC iraquí, nombrado por el "marja blanco" Paul Bremer, no como tal sino como "miembro de la comunidad chií" han provocado una profunda escisión en el movimiento y numerosos cuadros del partido habrían decidido vencer sus dudas, denunciar a la dirección actual del partido y pasar a la resistencia armada.

Ese grupo ha presentado recientemente un "documento-llamamiento" en nombre del "Partido Comunista Iraquí (cuadros de base)" en el que dan prioridad absoluta a la defensa de la soberanía de Iraq, pisoteada por las tropas de ocupación de EU. Un partido, por lo tanto, que recupera su carácter "nacional" y que trabaja por la unidad de todas las fuerzas del país, más allá de las divisiones políticas o confesionales, que se oponen a la ocupación.

Un camino que han tomado asimismo otros cuadros del movimiento comunista que apoyan al Partido Comunista Iraquí-Frente Patriótico, ya activo en la resistencia armada en el marco de una coalición con los partidos del movimiento nasserista, del partido Baas pro-sirio y de los hermanos musulmanes.

La estrategia del Partido Obrero de Iraq es diferente, porque considera que es necesario oponerse a la ocupación pero utilizar medios no-militares y prefiere la construcción y la movilización de un movimiento de masas.

Los cuadros del Partido Comunista Iraquí, en su llamado, saludan, al contrario, toda resistencia contra los ocupantes, y en particular, ciertas acciones armadas de las células del Partido en la ciudad de Al Nekhalilah (Kerbala) y en el departamento de Dayala.

El nuevo Iraq, según los cuadros del Partido, no podrá jamás nacer de la colaboración con los ocupantes, sino de la resistencia que deberá marcar una auténtica resurrección de Mesopotamia, la tierra entre los dos ríos, y que significará "el comienzo del fin de la arrogancia de EU".

El odio que parece ampliarse en la población iraquí hacia EU, precisa el documento, no se refiere de ninguna manera al "gran pueblo estadounidense" sino sólo a los militaristas de la administración Bush, "una banda de opresores" que cumple "las exigencias de los lobbies de la ultraderecha sionista" y que reduce drásticamente las libertades de los propios ciudadanos estadounidenses.

Después de recordar cómo los partidos comunistas han estado siempre a la vanguardia de la lucha contra las ocupaciones militares y el colonialismo - desde Cuba y Vietnam hasta el Líbano donde los camaradas libaneses han alimentado la resistencia contra la ocupación sionista junto con Hezbolá y otras fuerzas nacionales - los cuadros del PC afirman la necesidad, siguiendo la línea de Fahd, el fundador del partido: "Soy un patriota incluso antes de ser comunista" - de abandonar el "juego táctico", la política de espera y un pretendido "realismo" que llevarían a aceptar la realidad de la ocupación.

En el centro de las críticas contenidas en el documento, el ex secretario general Aziz Mouhamd y Fakhri Karim, miembro del buró político, responsable de las finanzas, de la propaganda y de los aparatos de seguridad. Bajo su dirección, afirman los disidentes, el partido se ha convertido primero en "el portavoz de las tendencias más chovinistas de los movimientos kurdos" y después, a partir de 1991, ha comenzado a aceptar sustancialmente una intervención de EU en Iraq.

Esta tendencia se habría acentuado con la ascensión de Hamid Majid, vuelto al país con las tropas estadounidenses y colocado por Bremer en el consejo provisorio con la condición de que aceptara la introducción de un criterio confesional en la elección de los miembros del gobierno y que trabajara en la pacificación de la comunidad chií y en la reducción de la influencia de los grupos Al Sadr y Al Kahalis, reforzando al contrario la corriente proestadounidense de Al Baquir, Al hakim y a Bahr al Ulum.

El documento, después de haber recordado el papel central de la CIA y de EU en las brutales represiones consecutivas a los golpes de estado de 1963 y 1968, dice que el secretario Hamid Majid, al aceptar la colaboración con los ocupantes, "ya no representa ni al Partido Comunista ni a los patriotas iraquíes" y que, al contrario, "el Partido está junto al pueblo que resiste con las armas en la mano a la ocupación".

 
Actualizado: 12.02.2004 15:34